sábado, 6 de septiembre de 2014

Sin consumidores, no hay capitalismo (o viceversa)

No hay capitalismo sin consumidores

Quien crea realmente empleo es la clase media

05.09.2014 | 23:34
 
No hay capitalismo sin consumidores
No hay capitalismo sin consumidores
 
 
Nick Hanauer, un riquísimo estadounidense que hizo su fortuna como uno de los primeros inversores en el gigante de la distribución Amazon, ha comprendido que no puede haber capitalismo si faltan los consumidores.

Hanauer, actualmente al frente de la firma de inversiones "Seconde Avenue Partners", con sede en Seattle, la ciudad de la costa Oeste de EEUU siempre en vanguardia de todos los movimientos sociales, así se lo ha advertido a quienes han amasado como él grandes fortunas.

De no corregirse la actual tendencia al crecimiento de la desigualdad lo mismo en Estados Unidos que en el resto del mundo, vendrán con "horcas" a por los ricos, escribió hace algún tiempo en un artículo publicado por la revista "Político", que causó sensación.

Hanuer se refería con esa poderosa y un tanto exagerada imagen a una revolución popular como la que acabó con la aristocracia en Francia o con el zarismo en Rusia.

Ese inversor de origen alemán no es por supuesto ningún revolucionario y solo quiere salvar el capitalismo con un regreso a los tiempos de Henry Ford, empresario que debería ser, dice, "nuestro modelo".

Ford comprendió en su día que sus trabajadores no eran solo una mano de obra barata a la que explotar sino que eran también consumidores. Y había que pagarles unos salarios dignos de modo que pudiesen comprar ellos también un día los automóviles que salían de las cadenas de montaje en las que trabajaban.

Eso de que si se bajan los impuestos a los ricos, todos, también los pobres, saldrán beneficiados -la llamada "economía del goteo" del conservador Ronald Reagan- es para Hanauer una especie de cuento de la lechera.

La ley fundamental del capitalismo, sostiene Hanauer, es que si los trabajadores tienen más dinero disponible, las empresas podrán contar también con más clientes. Parece una verdad de Perogrullo.

Quien crea realmente empleo es la clase media gracias al consumo. No son los capitalistas. Porque un supermillonario no puede comprarse un automóvil, un yate o diez trajes nuevos cada día.

De ahí que Hanauer propusiese un salario mínimo de 15 dólares la hora en Estados Unidos -aproximadamente el doble del actual- de modo que la masa de los trabajadores de aquel país pudiesen volver a consumir y que dejase de haber eso que llaman en inglés "working poors", es decir trabajadores que no llegan con sus ingresos a fin de mes.

Hanauer no se limitó a las palabras sino que decidió apoyar con su dinero una campaña en la pequeña ciudad de SeaTac, en la que los empleados del aeropuerto local trabajaban por salarios de dumping.

En aquella localidad se organizó un referéndum, que ganaron los partidarios de doblar el salario mínimo, y aquel fue el comienzo de un movimiento que prendió luego en Seattle, cuyo Ayuntamiento aprobó también una medida de ese tipo, y que va teniendo cada vez más partidarios en todo el país.

Kshama Sawant, la primera concejal socialista del Ayuntamiento de Seattle desde 1916, lo atribuye a las protestas de los trabajadores de los restaurantes de comida rápida y al movimiento "Occupy Wall Street", el equivalente de nuestros "indignados".

Para el multimillonario Hanauer no se trata, como es obvio, de superar el capitalismo, sino de salvarlo de los propios capitalistas.

Porque no se puede tolerar, dice, que en las tres últimas décadas, los ingresos de los directivos de empresas hayan crecido 125 veces más que los de los trabajadores.

Y si hace treinta años, un directivo ganaba treinta veces más que el salario medio de sus empleados, hoy ingresa 500 veces más.

Y que se sepa, las empresas no eliminan a esos directivos o los deslocalizan a China como hacen con las fábricas.

Fuente:  La Opinión de Zamora

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