lunes, 13 de febrero de 2012

La cara -solidaria- y la cruz -vergonzosa- de la sanidad pública. Mientras que un médico del sistema público opera gratis a una paciente en una clínica privada, el Hospital de La Seu opera antes a los pacientes de pago




El buen médico: el Doctor  Jorge Serrano operó gratis a una paciente en una clínica privada para evitar postergarla en una silla de ruedas

Eleodora Barbero, jubilada de 84 años, puede caminar pese a la sanidad pública. Tres meses atrás, la enfermedad conocida como pie en garra —deformación progresiva de las extremidades inferiores que acaba por inutilizar los pies hasta impedir andar— amenazaba con relegarla a una silla de ruedas. “Se le habría acabado la vida de calidad”, lamenta Anastasio Luque, el hijo que el pasado junio acompañó a la paciente a la consulta del hospital público Parc Taulí de Sabadell (Barcelona). Allí les advirtieron de que la mujer debía ser operada con cierta urgencia.
 La espera para esta intervención, sin embargo, ronda los tres años. “Tendremos que ir a buscarla a la tumba”, espetó Luque al médico. El doctor Jorge Serrano asintió. “Era cierto, no sabía qué hacer”, recuerda el cirujano. Así que echó el resto: “Si usted consigue un quirófano, yo la opero gratis”, se comprometió Serrano. La semana pasada, Barbero salía razonablemente contenta de la revisión en la consulta del doctor Serrano. Andando, ya sin dolor ni muletas, gracias a un médico de la sanidad pública que la operó sin cobrar en una clínica privada.
“Queremos dar las gracias públicamente al doctor”, insiste Luque. “Es una historia con final feliz pero no todos pueden pagar un quirófano”, asiente satisfecho el cirujano. Luque y sus dos hermanos abonaron 1.200 euros a la Clínica del Vallès, que incluso les aplicó un descuento del 20% en la tarifa. “Todos se han portado demasiado bien”, celebra Luque. “Sin la ayuda del doctor, ahora estaría en silla de ruedas”, asiente la mujer, ya prácticamente recuperada.
El afortunado caso de Barbero ilustra los claroscuros de la sanidad pública catalana, donde profesionales implicados como Serrano se ven lastrados por los recortes presupuestarios de la Generalitat. Y donde los pacientes se ven abocados a recurrir a la sanidad privada para cubrir algunas de sus necesidades básicas. Por ejemplo, andar. “Es una pena tener que llegar a este extremo”, asume el doctor. “A esta paciente la vida se le habría complicado muchísimo”, dice quitándole hierro a su acto altruista. “Muchos médicos se ofrecerían a operar gratis, pero eso tampoco resuelve los retrasos que acumulan los quirófanos”, detalla.
En dos años, el Departamento de Salud que dirige el consejero Boi Ruiz ha reducido el presupuesto un 12%, unos 1.200 millones de euros. Las listas de espera de los hospitales públicos catalanes se dispararon el 23% en la primera mitad de 2011: de unos 57.000 pacientes a alrededor de 70.000. Salud todavía no ha ofrecido datos oficiales del segundo semestre del año pasado, aunque los sindicatos aseguran que el número de pacientes que aguardan una intervención se ha desbocado.
“No tiene ninguna lógica, no entiendo cómo funciona un hospital pero esto es un desastre”, se molesta Luque. Por ello reaccionó indignado tras saber que su madre debía resignarse a no poder andar. “Lo cierto es que hubo una pequeña discusión”, admite el doctor. “Ya me había ofrecido a operar gratis en otros casos pero no todos los pacientes acaban por conseguir un quirófano. Tampoco podemos ir pagándolo nosotros”, lamenta el cirujano.
Desde aquella primera visita la obstinación de Luque se centró en conseguir un lugar donde operar a su madre. “No paraba de preguntarme: ¿y cómo puñetas se alquila un quirófano?”. “Al principio, a todos a quienes preguntaba se quedaban alucinados. Hasta que explicaba la situación y lo entendían”. Tras consultarlo con varios conocidos, recaló en la Clínica Vallès. El 24 de noviembre, el doctor Serrano dedicó su día de fiesta a operar y atender a Barbero. “Si se puede ayudar, ayudamos”, justifica el cirujano. 


El mal ejemplo: El Hospital de La Seu opera antes a los pacientes de pago que a los públicos

El retraso en las listas de espera de la sanidad pública causado por los recortes de la Generalitat abre la puerta a que los hospitales públicos concertados —aquellos que no dependen del Instituto Catalán de la salud (ICS)— ofrezcan una operación más rápida a cambio de pagar, ya sea directamente al hospital por alquilar un quirófano o recurriendo a un seguro de salud privado. El de La Seu d’Urgell ofrece esta posibilidad, que permite a los enfermos con recursos evitarse los meses de espera en la sanidad pública, especialmente después de que el Departamento de Salud suspendiera el decreto que fijaba un tiempo máximo garantizado de seis meses para las 16 patologías más comunes.
El centro de La Seu, integrado desde hace 25 años en la red de pública de hospitales, ha empezado este lunes a alquilar las salas quirúrgicas y de consultas a la sanidad privada con el argumento de paliar los recortes presupuestarios y el déficit de más de un millón de euros que arrastra.
Este hospital da cobertura a unos 22.000 habitantes de la comarca del Alt Urgell y está gestionado por un patronato en el que participan el obispado y el Ayuntamiento. La dirección del centro ha decidido aumentar sus ingresos arrendando sus espacios cuando no están en uso, principalmente por la tarde.
Este lunes se realizaron las primeras intervenciones: Teresa Tosas, de 66 años, con una lesión de rodilla, fue la primera que utilizó un quirófano alquilado del hospital para saltarse una lista de espera de al menos siete meses. Al operarse a través de una mutua, solo ha tenido que esperar uno. 
Tosas fue operadada de menisco a través de la Mutua Comarcal en un quirófano alquilado del Hospital de La Seu por un traumatólogo que trabaja para la sanidad pública a través de este hospital y que además tiene consulta privada.
“El médico me dijo que para operarme me tendría que esperar siete meses o más, pero que existía la posibilidad de un acuerdo con el hospital para utilizar sus quirófanos, en cuyo caso me podría operar antes de un mes”, relata la mujer. Tras el pago, la abultada espera de la sanidad pública se transformó en una vía rápida hacia la intervención quirúrgica. “Me hicieron los papeles después de las fiestas navideñas y finalmente me operaron el lunes. Todo ha ido muy bien. Entré en el quirófano a las cuatro de la tarde y a las siete ya estaba en casa”, señaló la paciente.
Se trata de un camino propiciado por los ajustes realizados por el consejero de Salud, Boi Ruiz, en la gestión de las listas de espera de la sanidad pública. Estos se basan, en síntesis, en priorizar las intervenciones más graves o urgentes y retrasar las que lo son menos, además de suprimir el tiempo máximo de espera que garantizaba Salud para la sanidad pública catalana. Solo los pacientes de cataratas y prótesis de rodilla y cadera que cumplan ciertos requisitos deben ser operados antes de seis meses, según establece un decreto del Ministerio de Sanidad de obligado cumplimiento para la Generalitat. Y aun así, los afectados por estas patologías deben cumplir condiciones más estrictas para que el médico pueda incluirlos en la lista de espera, como que la enfermedad se encuentre en estado avanzado.
Marina Geli, consejera de Salud con el tripartito, ya advirtió de que “estos cambios esconden una herramienta para manipular a su antojo las listas de espera”. Esta espera también permite ahora que los centros concertados alquilen sus servicios a pacientes de pago. De momento, los tres quirófanos del hospital solo podrán alquilarse por las tardes, que es cuando no hay programadas operaciones de la sanidad pública. Existe una tarifa orientativa que oscila entre 300 y 400 euros por hora, que abona la mutua del paciente o el profesional que le atiende de forma privada. En el precio va incluido el quirófano y el material.
El hospital urgelense prevé realizar una docena de alquileres al mes y, de momento, las especialidades con mayor demanda son traumatología y cirugía general. Además de los quirófanos, el hospital también ha empezado a alquilar algunas consultas los fines de semana.
El Hospital de La Seu defiende esta medida como útil para mejorar los servicios al tiempo que mantiene una sanidad pública de calidad. “Nosotros garantizamos que cualquier paciente de la comarca tendrá su cirugía según el modelo de lista de espera de Salud” justificó Joan Altimiras, gerente del hospital. “Pero si prefiere acortar los plazos, puede recurrir a la medicina privada. En ningún caso esa actividad irá en detrimento de la calidad de la sanidad pública”, señaló. Los ingresos extras que se obtengan por esta vía “se destinarán a mejorar nuestras instalaciones, con lo que se beneficiarán todos los usuarios”, defendió el gerente.
La iniciativa del centro está dirigida a profesionales de la medicina que quieren ejercer privadamente su especialidad. En cualquier caso, puntualiza Altimiras, la actividad, la responsabilidad y la relación con los pacientes corresponde a los profesionales que alquilan la instalación y no al propio hospital.

Fuente: El País

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