«En Jove me dijeron que tenía
pocas horas de vida». Reclamó el alta y acudió a la clínica de Navarra. Allí la
trataron con éxito del tumor renal, relata la paciente de 47 años.
Era el día previo a Nochevieja.
Difícil olvidar una fecha como ésa cuando «encima te dicen que te quedan unas
pocas horas de vida y que lo mejor que puedes hacer es ir a cuidados
paliativos». Le ocurrió a una gijonesa de 47 años (en ese momento tenía 45 casi
recién cumplidos) a la que en el Hospital de Jove dieron por desahuciada. Esta
paciente, que pide aparecer solo con iniciales M. D. R. G., acaba de ganar una
«gran batalla», relata, al Servicio de Salud del Principado (Sespa) al que
acaban de condenar a abonar 24.000 euros.
El juez entiende que el Sespa no
actuó de forma diligente y le obliga a restituirle parte del dinero que ella y
su marido tuvieron que gastar en la medicina privada para ser tratada de un
complicado cáncer de riñón y de una trombosis en la vena cava. «Lo hago por
amor propio, no por el dinero. Quiero que mi caso se conozca para que no vuelva
a repetirse y señalar que si alguien se ve en una situación similar, que no se
quede con los brazos cruzados».
Fue lo que ella y su marido
hicieron cuando el 30 de diciembre de 2011 le confirmaron que el bulto en el
riñón por el que su médico de familia, «el doctor Andrenio, ponlo por favor»,
la había derivado al Hospital de Jove era en realidad un tumor que se había
extendido (metástisis) a los pulmones. «Allí no me ofrecieron alternativa.
Dijeron que tenía pocas horas de vida y que no había posibilidad alguna de
tratamiento». Tanto la paciente como su esposo «pedimos una segunda opinión o
que nos derivaran a Cabueñes o al HUCA, donde hay servicio de Oncología, pero
se negaron», relatan. Al final reclamaron el alta voluntaria y el 4 de enero ya
de 2012 (seis días después) se marcharon en ambulancia a la Clínica
Universitaria de Navarra, donde sí le trataron, y con éxito, de su tumor renal
y una compleja trombosis que le llegaba a afectar al corazón.
Urgencia vital
Al final de su odisea, decidieron
exigir responsabilidades al Servicio de Salud del Principado. Tanto económicas
como morales. Las primeras ya han llegado. El juez de lo Social número 1 de
Gijón, en respuesta a la demanda presentada por el letrado José Luis Nava,
acaba de darles la razón y de condenar al Sespa a pagar 23.913 euros. No es
todo el dinero que han gastado en la clínica de Pamplona, donde estiman que han
desembolsado más de 35.000 euros, pero cubre el periodo considerado «de
urgencia vital» por el juez.
Porque en abril de 2012, cuatro
meses después, y cuando esta paciente ya se encontraba en pleno tratamiento en
Pamplona, le llegó una carta del Sespa asegurando que ahora sí autorizaban que
fuera a Cabueñes a tratarse del tumor. Ella decidió continuar en la Clínica de
Navarra «porque me propusieron entrar en un ensayo clínico y acepté». El
magistrado entiende que esta ya es una decisión personal, «muy respetable y
compartible» en sus circunstancias, por lo que la indemnización la calcula por
los gastos desembolsados por la pareja entre enero y abril de 2012.
En el fallo, el juez considera
acertada la decisión de la paciente de exigir una segunda opinión y afea la
postura del servicio de Urología de Jove («sorprende que el urólogo utilice
términos como imposibilidad o dramatismo»). En la sentencia, el magistrado
también afirma que «el tratamiento dispensado en la medicina privada surtió
efectos y la paciente, si se nos permite la expresión, volvió a nacer».
fuente: El Comercio
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