jueves, 15 de marzo de 2012

15 de marzo, Día Mundial del los Derechos del Consumidor. Entrevista a representantes de Asociaciones. Entrevista a Fernando Móner, Presidente de CECU (Confederación Española de de Consumidores y Usuarios)


Con motivo del Día Mundial de los Derechos del Consumidor la cadena de radio SER, que tiene un magnífico programa dedicado a los consumidores dirigido por Jesús Soria (si bien, en el intempestivo horario de 6 a 7 de la mañana, los domingos ¡cámbienlo, por favor!), ha entrevistado a los representantes de diversas asociaciones de consumidores para que respondan a cuestiones de actualidad tales como las situación actual de los derechos de los consumidores, el papel de las Administraciones Públicas, la situación ante la crisis económica, etc. Cada día se publica una entrevista y hoy aparece la realizada a Fernando Móner, Presidente de CECU (Confederación Española de de Consumidores y Usuarios), en el blog del programa, que a continuación reproducimos.

Fernando Móner, Presidente de CECU, Confederación Española de de Consumidores y Usuarios.

¿Ha cambiado mucho el panorama de los consumidores con la crisis?

Por supuesto, pero de unos más que de otros. Principalmente por varios motivos: pérdida de poder adquisitivo por la subida de impuestos y precios de ciertos servicios/suministros básicos, incremento de la tasa de desempleo que ha afectado a cientos de miles de personas y, por lo tanto, a sus ingresos y un cambio de hábitos (compra, consumo, modelo de consumidor). 

¿Vamos a estar igual de protegidos, menos…? La falta de medios de administraciones, de empresas, ¿nos va a complicar más la vida? ¿O no debería?

La protección va a depender progresivamente de tener un mayor grado de implicación de los propios consumidores en esa protección. Tenemos que volvernos consumidores más proactivos y exigentes, al mismo tiempo que tener una mayor capacidad de autodefensa en el momento de la compra del producto o servicio. 

¿Las asociaciones de consumidores van a poder seguir jugando el mismo papel que hasta ahora, quizá menos medios y menos posibles campañas, actividades…?

En lo que depende de nosotros, por supuesto que nuestro nivel de actividad no tendría que bajar, pero otra parte de ese trabajo se hace con el apoyo económico de las administraciones y de ellas dependerá, aunque es obvio que si nosotros no hacemos ese trabajo, ¿quién lo hará? A las administraciones también les conviene que nosotros mantengamos una actividad creciente que en caso contrario deberían realizar ellas con un coste infinitamente mayor. 

Esta política de recortes generalizadas, ¿no choca frontalmente con las mayores demandas y denuncias de los usuarios, precisamente derivados de la crisis?¿Cómo se come eso?

Antes decía que la crisis había traído un cambio de hábitos y esto también lo hemos comprobado a la hora de la tipología de las quejas y las reclamaciones: antes se reclamaba por diez, ahora por cinco. En lo que llevamos de crisis el consumidor se ha vuelto más exigente y crítico con su entorno y eso conlleva más trabajo para el movimiento de los consumidores.

Esta situación actual, ¿podría generar relajación en la atención al usuario, en la calidad de ciertos productos…? ¿Se notan cambios?

Hemos conseguido en estos últimos años que un mayor número de empresas llegase a la mayoría de edad y eso significa que son consecuentes con su responsabilidad, no sólo de poner productos y servicios en el mercado sino de hacerlo en unas condiciones que no conlleven lesionar los intereses de los ciudadanos. Si podemos seguir en esa línea quizás consigamos mantener el camino y que no se note la crisis en ese aspecto, al menos de manera generalizada.

¿Qué papel debe jugar el consumidor en este contexto? ¿Más tolerante, más exigente? 

Siempre más exigente, primero consigo mismo y después con su entorno. Y una vez tengamos ese nivel de exigencia debemos aplicarla con un cierto grado de tolerancia dependiendo de quién tengamos delante: alguien que puede pero no quiere o alguien que quiere pero no puede. Es decir, mi nivel de tolerancia no puede ser el mismo con una multinacional que tiene medios para evitar muchos problemas que con un autónomo al que le cuesta llegar a fin de mes, aunque los mínimos de exigencias tienen que ser iguales para todos.

A los responsables de Sanidad Consumo del Gobierno, de los gobiernos autonómicos, de los ayuntamientos, a las propias empresas, sobre todo las más conflictivas en materia de consumo… ¿alguna sugerencia?

Que confíen en que la fortaleza del movimiento de los consumidores es una necesidad para 50 millones de consumidores y usuarios en nuestro país. Al fin y al cabo todos esos responsables de administraciones también son consumidores. Por lo tanto, que apoyen nuestro trabajo y, con ello, un beneficio de nuestro país.

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