En el reciente Debate sobre el Estado de la Nación, el Presidente del Gobierno anunció la puesta inminente de una medida destinada a relanzar al sector automovilístico: el apoyo directo a la compra de automóviles. El Gobierno comprometía por cada compra 500 euros, que las comunidades complementarán con 500 euros y el sector del automóvil con 1.000, en total. 2.000 euros de ayuda directa por vehículo nuevo.
El caso es que ante esta expectativa, los potenciales clientes se lo piensan a la hora de comprar un coche.
Los fabricantes y concesionarios, aunque ven con buenos ojos todo tipo de ayudas que pueda fomentar la actividad de venta, tampoco lo tienen claro por la elemental razón de que no lo está: el procedimiento que fije las condiciones jurídicas y económicas de la subvención deberá pasar por el BOE y, mientras tanto, no dejará de ser una declaración de intenciones. ¡Servidumbres del Estado de Derecho!.
Tampoco lo ven claro algunos responsables autonómicos que están mosqueados porque nadie les dijo previamente que debían arrimar el hombro con 500 euros por automóvil.
Al parecer, en el Consejo de Ministros de hoy se aprobará el reglamento regulador de las ayudas y ya hay una reunión convocada en el Ministerio de Industria para el próximo lunes, a fin de aclarar el entuerto con las Comunidades Autónomas.
Para finalizar, una guinda: determinados concesionarios –según denuncia la Unión de Consumidores de Asturias- han aprovechado el anuncio sobre las ayudas para incrementar el precio de los vehículos.
A lo mejor, y a la vista de esto, la mejor medida quizá hubiese sido anunciar una próxima subida del impuesto de matriculación… Seguro que se venderían en corto plazo muchos más coches.
El caso es que ante esta expectativa, los potenciales clientes se lo piensan a la hora de comprar un coche.
Los fabricantes y concesionarios, aunque ven con buenos ojos todo tipo de ayudas que pueda fomentar la actividad de venta, tampoco lo tienen claro por la elemental razón de que no lo está: el procedimiento que fije las condiciones jurídicas y económicas de la subvención deberá pasar por el BOE y, mientras tanto, no dejará de ser una declaración de intenciones. ¡Servidumbres del Estado de Derecho!.
Tampoco lo ven claro algunos responsables autonómicos que están mosqueados porque nadie les dijo previamente que debían arrimar el hombro con 500 euros por automóvil.
Al parecer, en el Consejo de Ministros de hoy se aprobará el reglamento regulador de las ayudas y ya hay una reunión convocada en el Ministerio de Industria para el próximo lunes, a fin de aclarar el entuerto con las Comunidades Autónomas.
Para finalizar, una guinda: determinados concesionarios –según denuncia la Unión de Consumidores de Asturias- han aprovechado el anuncio sobre las ayudas para incrementar el precio de los vehículos.
A lo mejor, y a la vista de esto, la mejor medida quizá hubiese sido anunciar una próxima subida del impuesto de matriculación… Seguro que se venderían en corto plazo muchos más coches.
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