Al final, a la compañía no le quedó más remedio que reconocer que se trataba de un error.
La protagonista de esta “fazaña”, digna de figurar como gag en una película de Almodóvar (los diálogos de la operadora explicando al usuario los motivos de exigir el cobro de dicha factura, serían todo un ejemplo de humor grotesco) fue FRANCE TELECOM ESPAÑA S.A.U. , titular de la marca ORANGE, compañía que finalmente –tras la mediación de la asociación de consumidores FACUA- ha dejado de exigir el pago y reconoce que se trató de un error.
Xavier S.G., de Girona, recibió en julio una factura de Orange en la que se incluían cuatro llamadas supuestamente realizadas desde el extranjero ese mismo mes, todas con una duración de 0 segundos y una de las cuales ascendía a 1.022,71 euros (866,70 más el 18% de IVA). Además, el destinatario de todas las llamadas era su mismo número de móvil.
Inicialmente, el usuario se puso en contacto con Orange para solicitar la rectificación de la factura, ya que resultaba evidente que se trataba de un error.
Además de advertir a su servicio de atención al cliente que apreciaran que era imposible realizarse una llamada a sí mismo o que tuviese una duración de 0 segundos y tan elevado coste, Xavier argumentó que en el momento en que se facturó estaba a 9.000 metros de altura en un vuelo con destino a Kiev, con el móvil apagado.
Sin embargo, los teleoperadores de Orange instaron al usuario a que pagase con el simple argumento de que posiblemente su móvil sí estuviese encendido y realizase la peculiar llamada.
Para colmo, Xavier recibió una segunda factura ese mes, correspondiente a otra línea contratada con Orange, en la que aparecían alrededor de una veintena de SMS que habían sido enviados sin su intervención, de forma automática, a contactos de su agenda. Los mensajes no tenían ningún contenido.
Ante la negativa de Orange a anular la facturación irregular, Xavier decidió asociarse a FACUA para que emprendiese acciones en defensa de sus derechos.
FACUA se puso en contacto con la compañía para plantearle que analizase el caso, al resultar evidente que se habían producido irregularidades en la facturación.
Tras la reclamación de FACUA, Orange le ha comunicado que "la incidencia que ha afectado al usuario se debe, efectivamente, a un error en nuestros sistemas que ha afectado a un número muy limitado de clientes y que ya habíamos detectado y se estaba subsanando".
Tres días antes de su respuesta a FACUA, Orange había enviado un correo electrónico a Xavier instándole a pagar la factura "en un plazo no superior a 5 días".
Ahora, la compañía ha anunciado a la asociación que contactará con éste y el resto de afectados, que cifra en un total de cinco, "para informarles del problema, decirles que la factura no es válida y que se les va a emitir la correcta y, por supuesto, pedirles disculpas por las molestias".
FACUA considera que este caso es una muestra de la irracional respuesta que las compañías de móvil ofrecen a numerosas reclamaciones de los usuarios a través de sus servicios de atención al cliente.
El protocolo de ofrecer generalmente la negativa por respuesta a las reclamaciones relativas a facturación, señala FACUA, pone de manifiesto que en buena parte de los casos las quejas ni siquiera se analizan. E incluso cuando las cantidades que pretenden cobrarse son fruto de llamadas imposibles, muchas veces se insiste para intentar cansar al cliente o incluso asustarlo con la amenaza de incluir sus datos en registros de morosos y que acabe pagando.
Dicho comportamiento, añadimos nosotros, sin duda se encuentra alimentado de la práctica inexistencia de sanciones como consecuencia de estas actuaciones que se “lavan” a través de procedimientos de resolución de reclamaciones (reclamaciones a través de la Oficina de Atención al Usuario de Telecomunicaciones o Juntas Arbitrales de Consumo) que corren a cuenta -con los gastos correspondientes sufragados por todos- de las Administraciones Públicas, consiguiendo dos resultados enormemente lesivos para el interés general que redundan en la dificultad de acabar con estas prácticas: de una parte convierten a la Administración en servicios de atención al cliente de las operadoras y, de otra, actúan como un parachoques frente a la obligación de perseguir, a través de procedimientos sancionadores eficaces, hechos tan sangrantes como los descritos que pudieran perseguirse con un fin disuasorio para acabar con su reiteración masiva y escandalosa.
Pese a ello, lo paradójico, es que las Administraciones presumen de gestionar y resolver cada año un mayor número de reclamaciones sobre el sector de telecomunicaciones.
Pese a ello, lo paradójico, es que las Administraciones presumen de gestionar y resolver cada año un mayor número de reclamaciones sobre el sector de telecomunicaciones.
Fuente de la noticia: www.facua.org
Admirado D. Severino: Muchas gracias por su interesante blog, y muchas gracias por publicar el presente (uno más, y van...) atropello, que en este caso, gracias a la persistencia del usuario y de FACUA quedó ¿unicamente? en las molestias, disguto y pérdida de tiempo del interesado.
ResponderEliminarComo usuario también afectado por otro atropello de otra telefónica, en este caso VODAFONE, saco de su relato algunas enseñanzas: 1º) Hay que ser persistente en la reclamación, y continuar el proceso todo el tiempo que haga falta, 2º) Es conveniente asociarse a alguna agrupación de consumidores que te apoyen y asesoren, y 3º), y sobre todo, como Ud. muy bien señala en su penúltimo párrafo, debemos forzar a las adminsitraciones a que no renuncien a ejercer sus competencias (y yo diría que obligaciones, en defensa de los ciudadanos) sancionadoras, independientemente de las acciones que los particulares ejecutemos, como única medida que a largo plazo va a ser eficaz para obligar a las empresas a respetar a los ciudadanos, y sobre todo para mantener la dimensión social del respeto a las normas.
Reitero mi agradecimiento, y le envío un muy cordial saludo
Sr,
ResponderEliminarpuede contar con nosotros, en www.facturatelefonica.com