Doctor Jaume Serra, cirujano plástico |
El cirujano Jaume Serra (Barcelona, 1966) inició hace casi dos años su particular lucha contra las prótesis fraudulentas PIP.
Este médico detectó en varias de sus consultas que los implantes de
mama que la firma francesa Poly Implant Prothese vendía a medio mundo se
rompían con más facilidad que las de otras marcas. Cuenta que alertó de
ello a la Sociedad Española de Cirugía Estética y Reparadora (Secpre).
También al Ministerio de Sanidad a través de varios burofax. Nunca,
hasta que llegó la alerta de las autoridades francesas, se hizo nada.
“Era un secreto a voces que las prótesis se estaban rompiendo y nunca se
tomaron medidas”, dice.
Serra empezó en febrero a operar a afectadas por las prótesis
fraudulentas, muchas de ellas con secuelas por la rotura de los
implantes hechos con silicona no médica, o por la inflamación que la
nula calidad del producto les ha provocado. Desde entonces ha
intervenido a más de 40. A través de lo que denomina “programa
filantropía”, solo les cobra los costes del quirófano, el anestesista y
las nuevas prótesis. “Por la mano de obra, las mujeres pagan un precio
simbólico de un euro, o los gastos de alojamiento y viaje si me tengo
que desplazar”, explica.
Serra critica duramente a Sanidad. “Deberían hacerse cargo de la
retirada de las prótesis. Las mujeres se están encontrando
desprotegidas, algunos cirujanos les piden por volver a operarlas hasta
50.000 euros. Es indignante”.
También censura el sistema de vigilancia de la Agencia Española de
Medicamentos y Productos Sanitarios. “Nadie notificó los incidentes de
rotura que se estaban produciendo —muchos casos se ocultaron por el
interés de cirujanos y clínicas—. Y se hizo no se hizo correctamente.
España está desoyendo las recomendaciones europeas de 2003, que
aconsejaron a los países controlar los índices de rotura de las
prótesis. Es el sistema lo que está fallando, no es culpa de las mujeres
que ahora están sufriendo graves secuelas por este descontrol”, dice.
Este cirujano cree que las autoridades francesas, que han recomendado
la retirada preventiva de las PIP, han actuado correctamente. “No
retirarlas, aunque no haya roturas, es arriesgarse a provocar a las
mujeres problemas de graves. Explantar una prótesis de silicona íntegra
es una tarea fácil y rápida; se hace una pequeña incisión, se extrae la
prótesis, se limpia el bolsillo, se introduce la nueva prótesis y se
cierra. No hay que dejar drenajes y la persona se recupera en dos días.
Sin embargo, extraer una rota es algo muy complicado porque la silicona
está desparramada en el bolsillo anatómico y el campo quirúrgico”.
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Fuente: El País
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