Echando más leña al fuego, el diario The New York Times critica con dureza en una editorial las medidas económicas del Gobierno español que se ha convertido en rehén de lo que eufemísticamente se llama “fuerzas del mercado”, en realidad conjunto de especuladores que juegan a hundir las economías de los Estados sin sopesar el sufrimiento que ocasionan a los más débiles.
El juego es así de simple. Hacen falta determinados países jugadores que pierdan y que estén dispuestos a participar en el juego “por responsabilidad” y por “los compromisos adoptados internacionalmente”.
A éstos se les convence diciéndoles que para ganar el juego –léase sobrevivir- deben aplicar drásticas medidas recortando sus presupuestos ya que han gastado mucho, facilitar el despido llamándolo “flexibilidad laboral” y bajar los sueldos de la masa salarial etiquetándose como “medidas para incrementar la competitividad de nuestras empresas”.
Los jugadores se creen -o disimulan creyendo- que el juego no está amañado. Sin embargo, “las fuerzas del mercado” ya ha hecho su apuesta, precisamente en contra de esos jugadores condenados a fracasar ya que aplicaron las medidas aconsejadas.
El caso es que, una vez tomadas esas medidas, ahora toca criticarlas, rasgándose las vestiduras y haciendo ver lo obvio: la economía capitalista basada en una mayor producción, no puede crecer si no se incentiva el gasto, si se recortan los presupuestos de las Administraciones y se facilitan los despidos masivos.
Para ese viaje, no necesitábamos alforjas y lo paradójico es que, hasta el New York Times parezca un ferviente seguidor de Carlos Marx, dando un varapalo a España, cuyo Gobierno también sería criticado si no hubiese seguido las recetas tan denostadas por ese periódico.
Esta es la referencia de la editorial de The New York Times
UNA SOBREDOSIS DE DOLOR
NUEVA YORK, 13 Abr. (EUROPA PRESS) -
España podría ser la próxima economía de la zona euro en caer por culpa de la “mala gestión” de la crisis de deuda liderada por Alemania, según afirma ‘The New York Times’ en un editorial titulado ‘Una sobredosis de dolor’, en el que reclama un mayor apoyo al crecimiento y menos medidas de austeridad.
El diario estadounidense considera que no es necesario llegar a esta situación, pero cree que esto podría ocurrir a menos que la canciller alemana Angela Merkel y sus aliados políticos dentro y fuera del país reconozcan que ningún país puede pagar sus deudas “asfixiando el crecimiento económico”.
En su opinión, la austeridad, la “cura prescrita” por Merkel para todo, no está funcionando en ninguna parte. Así, remarca que, después de semanas de calma engañosa y a pesar de las inyecciones de liquidez del Banco Central Europeo (BCE), los países han vuelto a la recesión, el paro está subiendo y las previsiones de déficit están empeorando. “Los mercados de deuda están especialmente nerviosos por España e Italia, dos de las mayores economías de Europa”, añade.
En el caso de España, recuerda que está “sacudida” por una tasa de desempleo cercana al 25%, pero cree que podría alcanzar “niveles más altos de miseria” por la austeridad recogida en los presupuestos presentados por el Gobierno español después de que la Unión Europea (UE) rechazara sus peticiones para una mayor flexibilidad fiscal.
El diario considera que los objetivos de déficit del 5,3% para 2012 y del 3% para 2013 son “probablemente inalcanzables”, incluso si cumple de forma rigurosa su “duro presupuesto”, ya que las previsiones más optimistas esperan que la economía española se contraiga casi un 2% este año.
“Y cuanto más se contraiga el PIB de España, más caerán los ingresos, requiriendo unos mayores recortes presupuestarios. Se trata de un ciclo destructivo siempre a la baja”, alerta.
‘The New York Times’ cree que, dado que cada economía europea tiene problemas diferentes, necesitan diferentes remedios. En el caso de España, la deuda del sector público es de las más bajas, pero tiene que reducir la deuda privada lastrada por el estallido de la burbuja inmobiliaria, que hizo además que los bancos recurrieran al apoyo del Gobierno.
LAS “MALAS” MEDIDAS DE RAJOY.
En su opinión, al no contar con buenas opciones para lograr reducir el déficit, Rajoy ha propuesto una serie de “malas medidas”, como recortar la inversión pública necesaria para mejorar la competitividad, las políticas activas de empleo o la sanidad y la educación. “Estafar a la fuerza de trabajo de mañana para pagar por la burbuja inmobiliaria de ayer no tiene sentido económico”, defiende.
En esta línea, considera que estos “dañinos recortes” podrían haberse evitado si Merkel y sus socios hubieran reconocido que restaurar la competitividad del débil Sur de Europa requiere “más inversión en reformas y crecimiento y una focalización menos obsesiva en la aritmética del déficit a corto plazo”.
¡Qué desvergüenza!. ¿Qué cabe hacer?. Al menos nuestros políticos deberían reaccionar y tratar de que la política volviera a imponerse a la especulación financiera, y si no, tener la dignidad de no engañarnos y dimitir. Mientras tanto: Voto en blanco computable. Si no se van, echémoslos.
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