sábado, 9 de marzo de 2013

El expolio de las cajas de ahorro. Caja Navarra pagó dietas de hasta 2.680 euros a miembros y exmiembros del Gobierno Foral por reuniones de una hora



Cuatro cargos de Unión del Pueblo Navarro cobraron dietas de entre 2.680 y 1.717 euros brutos por participar en reuniones de una hora en Caja Navarra. En algo más de un año, la Junta de Entidades Fundadoras de la caja convocó 16 reuniones, cada una de una hora y agrupadas de dos en dos en un mismo día para que fuera más cómodo para sus miembros. Eso supuso que el ex presidente navarro Miguel Sanz recibiese por reunirse dos horas en un solo día casi 5.700 euros brutos, por 3.434 euros que percibía por el mismo trabajo la actual presidenta de la comunidad foral, Yolanda Barcina.

La juez de Pamplona María Paz Benito, que instruye la causa contra el expresidente navarro Miguel Sanz y el ex director general de Caja Navarra (CAN) por su gestión de la entidad financiera, tuvo que enviar el pasado 1 de marzo a la Guardia Civil a la sede de CAN para recabar la documentación que había solicitado en repetidas ocasiones desde un mes antes.

Se trataba de las actas de la comisión permanente de la Junta de Entidades Fundadoras, un ente creado tras la salida de los cargos públicos del consejo de administración de la caja y que revelan que tres miembros de UPN, Miguel Sanz, la actual presidenta navarra, Yolanda Barcina, y el ex consejero de economía, Álvaro Miranda, percibían dietas por unas reuniones de apenas una hora de duración. Celebraban dos reuniones en un día de convocatoria y las remuneraciones por cada una de ellas iban desde los 2.680 euros brutos que recibía Sanz como presidente de ese órgano a los 1.717 del resto. En las últimas 6 ocasiones acudió también el alcalde de Pamplona, Enrique Maya (UPN).

Desde el 31 de agosto de 2010 al 26 de septiembre de 2011, este ente celebró 16 reuniones en 8 días diferentes, con una periodicidad aproximada de 6 semanas. Las actas de los encuentros, que han sido facilitadas por el colectivo Kontuz, autor de la denuncia contra Sanz y Goñi, desvelan que la única función que tenían era la lectura por parte del secretario general de Caja Navarra de un informe de los avatares financieros de la entidad, sin que ninguno de los asistentes formulase preguntas.

La existencia de este órgano ni siquiera la conocían, en un inicio, los otros 6 miembros de la junta ordinaria de fundadores, en la que había 7 cargos de UPN y 2 del PSN. De hecho, no es hasta un año después de su puesta en marcha cuando aparece en los estatutos de Caja Navarra, por lo que Kontuz considera que no tenía soporte legal.

Por otra parte, pese a dejar el cargo de presidente foral, Miguel Sanz siguió cobrando como presidente de esta comisión permanente durante 6 sesiones. En total, durante un año, Sanz recibió 42.880 euros y Barcina 27.472, a los que hay que sumar las dietas, de igual cuantía, por las reuniones de la comisión ordinaria, cuyas actas no ha logrado todavía la juez Benito y que tuvieron una periodicidad similar.

Barcina se atribuyo este jueves la eliminación de estas dietas, aunque lo hizo después de que las revelara el periódico local Diario de Noticias. Miguel Sanz, por su parte, tras dos semanas negándose a acudir al Parlamento de Navarra para explicar su papel en CAN registró este jueves una solicitud para acudir a la cámara. 

Barcina equipara sus 3.443 euros por hora con el sueldo de un albañil trabajando a destajo

Lejos de la autocrítica, Yolanda Barcina volvió a justificar ayer el cobro de dietas dobles y triples en Caja Navarra en una huida hacia delante cada vez más difícil de sostener. 

Ante las nuevas revelaciones sobre cómo funcionaba el abusivo cobro de dietas en Caja Navarra, la presidenta volvió a recurrir a argumentos expresados anteriormente, como que fue ella quien decidió suprimir el sistema de remuneraciones cuando llegó al Gobierno o que la responsabilidad final era del director de la entidad, Enrique Goñi. Barcina defendió así que las dietas de Caja Navarra no eran sino un complemento salarial de sus retribuciones como cargo público; que estaban relacionadas con "las responsabilidades" asumidas y no con la participación en las reuniones; e incluso que las cantidades percibidas, hasta 5.360 euros brutos por dos reuniones consecutivas de apenas media hora, "hace cinco años no sorprendían a nadie". 

Barcina llegó a defender las cantidades percibidas argumentando que durante su cobro "el que más dinero ganaba en una obra y llegaba con el mejor coche era precisamente el que hacía los alicatados". "Podía ganar un albañil 5.000 ó 6.000 euros y ahora resulta que está en paro. ¿Cómo no le van a sorprender estas cifras a una persona que está en paro? Yo lo entiendo perfectamente", afirmó ayer en RNE

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