Autora: María Zuil
Fuente: El Confidencial
En 2015 saltó a la luz
pública que Volkswagen había instalado
un software ilegal con el que sorteaba los controles de emisiones
contaminantes. Fue lo que se bautizó como “Dieselgate” y obligó a los
gobiernos y a la industria a admitir que las emisiones tóxicas en carretera eran
más altas que las estimadas en las pruebas de laboratorio.
El impacto en la población
de esta diferencia, sin embargo, no se ha conocido hasta ahora. En España, de
las 370 muertes atribuidas directamente a las altas emisiones de gases diésel, en total 170
se podrían haber evitado cada año si se hubiesen respetado los límites de la
Unión Europea, lo que se traduce en un fallecido cada dos días.
El endurecimiento de los
controles de la UE se basa en pruebas obsoletas que las empresas
automovilísticas pueden falsear
El diesel emite partículas finas
(PM), del tipo 10 o 2.5, según las micras de tamaño. Al ser tan pequeñas, se
infiltran en los tejidos corporales hasta los bronquios y otros órganos,
provocando enfermedades pulmonares y cardiacas. Del mismo modo, y diferencia de
la gasolina, también se cuela por los filtros antipartículas de los
automóviles, que es lo que Volskwagen falseaba con su sistema.
De los 30 países analizados
(los miembros de la UE más Noruega y Suiza), España ocupa el séptimo lugar en
este ránking europeo de la muerte, según la investigación realizada por el
Instituto Meteorológico de Noruega en cooperación con el Instituto
Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados y el departamento de Medio
Ambiente de la Universidad Chalmers de Suecia. Para obtener los resultados, calcularon
las PM extra generadas al superar los máximos permitidos y los
correlacionaron con el riesgo a una muerte prematura.
Italia, Alemania, Francia
y Reino Unido lideran la lista debido
al mayor uso de coches diésel. Se calcula que el 70% de las muertes no se
habrían producido cumpliendo los máximos permitidos en estos países.
"Si los coches diésel
cumplieran con los límites de las emisiones de la UE, podrían haberse evitado
unas 5.000 muertes", asegura Jens Borken-Kleefeld, experto en
transporte del IIASA que eleva la cifra a 7.500 en toda Europa si además
tuviesen el mismo máximo de emisión de óxido de nitrógeno permitido que los
coches de gasolina.
El exceso de emisiones diésel
son el resultado de las lagunas en el sistema de vigilancia ambiental de la UE.
Los fabricantes de automóviles deben demostrar a las agencias de control
nacionales que sus vehículos cumplen con los límites obligatorios, conocidos
como "Euro". En los últimos años, la UE ha endurecido cada vez más
estos valores (el más bajo es el Euro 6) para reducir la contaminación
paulatinamente. Sin embargo, este mecanismo de certificación se basa en
pruebas de laboratorio obsoletas que las empresas pueden falsear, por lo
que se estima que en carretera se superan en hasta un 400% los límites
establecidos.
En España, los que compraron
un coche Volkswagen con el software ilegal aún se encuentran en litigios
con la empresa automovilística, a diferencia de Estados Unidos, donde se
comprometieron a indemnizar a los compradores. SIn embargo, esto sólo contempla
los daños por la devaluación del vehículo. “La primera condena en España obligó
a pagar 5.000 euros a un afectado y ahora estamos pendientes de que salgan
nuevas sentencias en unos días”, apunta Carlos Martínez, abogado de Vidau
Abogados que lleva los casos en Valladolid y Castilla y León. “Pero eso sólo
resarce a los compradores, luego está el daño que ha generado en la sociedad
por la contaminación, que es imposible de reclamar”, reconoce.
Como consecuencia del
escándalo, la UE aceleró la introducción de
pruebas reales de conducción diseñadas para garantizar una medida
más realista de las emisiones de los automóviles. Este nuevo procedimiento
acaba de ser obligatorio para los modelos de automóviles nuevos, pero se
aplicará a todos los coches nuevos en dos años.
*Este artículo es parte de
la investigación internacional sobre el DieselGate realizada por MobileReporter.
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