La banca se independiza de España
La falta de control sobre las
entidades financieras
Tenía que ocurrir.
Mientras la
atención se concentraba en la secesión de Cataluña, la banca española
aprovechaba el revuelo en corral ajeno para independizarse de España.
Hace tiempo que se desligó de los
españoles, a quienes ha tratado con procedimientos más cercanos al Código Penal
que al Civil. La pretensión actual de contratar al director general de Regulación del Banco de España, José María Roldán, equivale a una proclamación
soberanista.
La Asociación Española de Banca es la segunda patronal del sector, porque la Junta Bancaria por excelencia
recibe el nombre de Banco de España. Así lo demuestra el fácil tránsito entre
los cortijos citados.
Desde los tiempos del inefable
Miguel Ángel Fernández Ordóñez, el autodenominado organismo regulador setransformó en el defensor a ultranza de los bancos y cajas que debía controlar.
Los resultados son de sobra conocidos, y ojalá la operación sanitaria del juez
Gómez Bermúdez se extienda a los árbitros que como mínimo no advirtieron las
tropelías de la CAM.
Desde hace años, la patronal del Banco de España limita sus intervenciones a insultar a los trabajadores españoles. Los acusa de pretender un sueldo a cambio de su trabajo.
Esta desafección hacia la
población en su conjunto fue el primer conato de independencia de la banca.
Roldán se convierte ahora en el equivalente de Artur Mas, responsable de
alcanzar la tierra prometida de unas instituciones financieras que no rindan
cuentas a los ciudadanos.
Como dicen los partidarios de las
autonomías, la nueva situación no diferirá demasiado de la actual. De Guindos
ha esbozado alguna medida para retrasar la independización de la banca, pero
Rajoy se muestra mucho más discreto en este apartado que en sus viriles
réplicas contra Cataluña. Los bancos ven alentadas sus pretensiones
soberanistas por el miedo que infunden a los españoles. Están considerados como
la institución más poderosa, 25 puntos por encima del Gobierno. Se les adjudica
el doble de pujanza que a la CEOE, el triple que a los jueces. Quién puede
frenarlos.
Visto el fracaso del Banco deEspaña en sus principales cometidos, y la sumisión a sus supuestos
inspeccionados, queda claro que el fracaso en la gestión pública es una
garantía de éxito personal. Roldán supone apenas una gota de agua en el mar que
enriqueció a David Taguas -de Zapatero al "lobby" de las
constructoras-, Magdalena Álvarez, Elena Salgado o Pedro Solbes.
La independencia bien entendida
paga sueldos estratosféricos.
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Fuente: La Nueva España
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