¿Por qué cada mañana el mundo entero se levanta pendiente de la
felicidad o la angustia de los mercados? ¿Hasta cuándo consentiremos que
la política esté sometida a los poderes económicos? ¿Por qué la crisis
provoca más pobreza a los pobres y más riqueza a los ricos? ¿Es que
nadie va a parar la avaricia de los bancos? A Costa-Gavras
(Loutra-Iraias, 1933) no le gusta dar lecciones. Él, dice, se limita a
retratar la realidad, en este caso una realidad cruel sobre el poder de
la banca, el ansia por el dinero y el desprecio por el ciudadano de la
calle: las estafas, los despidos, los apaños financieros, los beneficios
indecentes, la especulación... El capital, el filme que se estrena hoy en España, narra la ascensión de un lacayo de la banca en el feroz mundo del capital.
No es Constantin Costa-Gavras hombre de andarse por las ramas. De
mirada valiente y comprometida, el realizador de títulos míticos del
cine político como Z, Estado de sitio o Desaparecido,
tiene clavada desde hace años una frase que le soltó un alcalde de una
población francesa. “No se puede hacer nada, la economía lo dirige todo.
Bueno, sí, todavía podemos cambiar los nombres de las calles”. La
amargura le llevó a investigar y estudiar en torno a esta reflexión
trágica sobre el totalitarismo de la economía. Su encuentro con dos
libros, Le capitalisme total un ensayo del banquero Jean Peyrelevade y, sobre todo, con Le capital, la novela de Stéphane Osmont, un profundo conocedor del mundo financiero, le decidió a llevar esta historia feroz al cine. El capital, que se presentó en el último Festival de Cine de San Sebastián, donde se hizo esta entrevista, está protagonizada por Gad Elmaleh, el cómico francés que se enfrenta por primera vez a un personaje trágico.
No cree Costa-Gavras que los bancos sean los únicos causantes de esta
crisis que se ha cebado con Europa. “Estamos ante una crisis política,
que empezó por la construcción de la Unión Europea. Europa no se
construyó en el plano político ni social, sino teniendo en cuenta
únicamente la economía. Europa es solo un gran supermercado, en el que
todo el mundo entra a comprar y vender. Y así ha llegado la explosión,
como se puede ver en mi país de origen, Grecia, o aquí en España”,
asegura. “Es muy emocionante comprobar que el público comparte tus
intereses, pero eso es algo totalmente imprevisible. Yo hago cine con
historias que me interesan, que me tocan profundamente”.
Pregunta. ¿Qué papel han jugado los políticos en esta crisis?
Respuesta. Los políticos están sometidos completamente a los mercados y a la economía. Son los economistas y el mundo financiero quienes dirigen hoy los países y, en concreto, la Unión Europa. Los políticos ya no tienen el poder, se han dejado dirigir por los economistas.
Respuesta. Los políticos están sometidos completamente a los mercados y a la economía. Son los economistas y el mundo financiero quienes dirigen hoy los países y, en concreto, la Unión Europa. Los políticos ya no tienen el poder, se han dejado dirigir por los economistas.
P. ¿Podrán los políticos recuperar ese poder?
R. No lo creo. Todos los especialistas con los que
he hablado para hacer esta película tienen una opinión muy pesimista.
Tienen muy claro que la economía se escapa a todo, lo domina todo. Ya no
hay lugar para la política. De lo único que se habla en Europa es sobre
la subida o bajada de los mercados, de su inquietud. Pero, ¿quién sabe
qué es el mercado? El mercado es una abstracción. Además, la economía
está muy dirigida en todo el mundo por los bancos estadounidenses que
van por libre, sin ningún tipo de ataduras o regulación. Hacen lo que
quieren con la economía europea.
P. ¿De quién es la culpa de este sometimiento a la banca de Estados Unidos?
R. Por supuesto que de Europa, que se ha dejado someter. La propia canciller Angela Merkel dijo que la democracia tiene que adaptarse a los mercados.
La Europa del Norte está empobreciendo a los países del Sur. Son los
pobres quienes están sufriendo las consecuencias de esta situación.
P. Usted fue uno de los firmantes en Bruselas en
contra de los recortes en cultura. ¿Qué se puede esperar de una Europa
tan empobrecida en este sector?
R. Es lo peor de todo. Europa es un continente que
ha pasado por todo, lo mejor y lo peor. Frente a la filosofía, las
artes, la democracia están los campos de concentración. Lo único que
puede salvar a Europa es la cultura y la educación por encima de la
economía. Europa es el continente que puede ofrecer al mundo eso, frente
a una América que solo está pendiente del éxito y el dinero. No se
puede perder el camino de la cultura y la educación. Lo contrario sería
triste y trágico.
Como griego sabe de tragedias, pero también de la tradición francesa
del gran espectáculo. En esa combinación es donde se encuentra a gusto
Costa-Gavras. “Mi único compromiso es una cierta ética, junto con la
realización de un espectáculo interesante, en la línea de Sófocles o
Molière”.
Fuente: El País
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