La investigación detecta que Reino Unido pudo evitar 20.000 muertes en hospitales
El asesor del Gobierno que revisa lo ocurrido en el mayor escándalo
sanitario del país denuncia que las autoridades hicieron caso omiso a
las alertas
- Cameron pide perdón por el mayor escándalo sanitario en Reino Unido
- Cientos de víctimas de negligencias acorralan a la sanidad británica
La muerte de más de 20.000 pacientes de hospitales británicos podría
haberse evitado si los responsables de la sanidad pública y el poder
político hubieran atendido a las alertas sobre la elevada tasa de
defunciones en varios centros a lo largo de la última década. Así lo ha
denunciado el profesor Brian Jarman, asesor del Gobierno y uno de los
responsables de la investigación del escándalo sobre las extremas
negligencias por parte del personal médico, administrativo y los propios
gestores del sistema, con el resultado de tantas muertes innecesarias.
La dura crítica vertida esta mañana por sir Brian Jarman ante los
micrófonos de la radio BBC4 se produce apenas un mes después de que el
primer ministro británico, David Cameron, entonara una disculpa pública por las malas prácticas,
“verdaderamente espantosas” según sus palabras, que definieron de forma
sistemática el funcionamiento de al menos 14 hospitales del NHS (el
sistema de salud pública, en sus siglas inglesas); con especial ahínco
en los centros del condado de Stattfordshite (centro de Inglaterra),
donde los pacientes incluso se vieron privados de agua y alimentos, y
cuyos índices de mortalidad durante el periodo de 2005 a 2008 superaron
las previsiones estadísticas entre 400 y 1.200 personas.
Esas cifras inusualmente elevadas en Stattfordshire y otros
hospitales de la geografía británica llevan 12 años en el punto de mira
del equipo de Jarman, director de la unidad de investigación del
Imperial College de Londres que las registra en estadísticas con
carácter mensual. El profesor se ha declarado frustrado por la nula
reacción de los responsables del NHS ante sus advertencias sobre esas
anomalías, que también asegura haber transmitido sin éxito en 2010 al
entonces ministro de Sanidad, el laborista Andy Burnham.
Si bien resulta imposible establecer que miles de pacientes habrían
sobrevivido con mejor atención y tratamiento, la última investigación
lanzada por el actual gobierno conservador de Cameron (después de que
otras seis anteriores se saldaran con una simple crítica) sí confirmó
que cuanto menos fueron víctimas de una gestión que primaba la
consecución de objetivos económicos por encima de la calidad del
servicio. “Esos hospitales que de forma persistente han venido revelando
elevadísimas tasas de mortalidad a lo largo de al menos diez años
deberían haber sido investigados antes, porque es más que probable que
las hubiéramos atajado”, sostiene el profesor Jarman, expresidente de la
Asociación Médica Británica.
Sus palabras cobran especial resonancia cuando los familiares de los pacientes afectados siguen reclamando una depuración de responsabilidades
en el sistema público de salud, frente al mero catálogo de
recomendaciones para mejorar los códigos de conducta que ha publicado el
gobierno de Cameron tras divulgarse la tremebunda radiografía de las
disfunciones del sistema sanitario. El anuncio de que sir David
Nicholson, máximo responsable del NHS y anteriormente de la cuestionada
red hospitalaria de Staffordshire, no pretende abandonar el cargo ha
soliviantado a los allegados de unas víctimas cuya muerte quizá no fuera
inevitable.
Fuente : El País
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