A lo mejor era una clase práctica de lo que no se debe hacer. De todos modos, está claro que una empresa dedicada a la formación en criminología no debería ofrecer como titulación oficial una enseñanza que no es tal. Tampoco es síntoma de un gran respeto a la legalidad introducir cláusulas abusivas en los contratos ofrecidos a sus alumnos.
Eso es lo que, al parecer, ha sucedido en la Escuela de Criminología de Cataluña, en cuya publicidad no sólo no se informaba que los cursos ofrecidos no conllevaban la obtención de una titulación académica oficial, sino que además se utilizaban los términos "Máster", "Diploma", "Diplomado", que daban la impresión que las enseñanzas impartidas conceden títulos con validez académica, "dando a entender la equivalencia de sus títulos con los propios de una universidad", según la Agencia Catalana de Consumo. Por ello, se impuso a la empresa infractora una sanción por importe de 5.000 euros.
Igualmente, la Agencia Catalana de Consumo ha constatado la existencia de cláusulas abusivas en los contratos ofrecidos por dicha Escuela; entre ellas, vincular el contrato a la voluntad del empresario estableciendo de forma unilateral una indemnización por parte de la empresa, limitar el derecho a la integración contractual de la publicidad, excluir la obligación del empresario de respetar los acuerdos y establecer un "pacto de sumisión" expresa a un tribunal diferente del que corresponde al domicilio del consumidor. Por dicha infracción, la Generalitat ha impuesto a la Escuela de Criminología otra sanción por importe de 10.000 euros.
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