A partir de mañana todos los
vehículos ligeros que se matriculen en la Unión Europea deberán ajustarse al
nuevo procedimiento de medición de consumo y emisiones en vehículos ligeros, la
WLTP (World Harmonised Light Vehicles Test Procedure).
Con ello se trata de conseguir una
medición más exacta que ofrezca cifras más reales y ajustadas a la cantidad de combustible
consumido y emisiones de CO2.
La Recomendación (UE) 2017/948 de la Comisión, de 31 de mayo de 2017, relativa al uso de los valores de consumo
de combustible y de emisiones de CO2, recoge que el WLTP
proporcionará unas condiciones de ensayo más estrictas y unos valores de
consumo de combustible y de emisiones de CO2 más realistas en
beneficio de los consumidores. Los requisitos relativos a la información de los
consumidores deben incluir la manera en que quedará garantizado el acceso a esa
información mejorada a fin de permitir la comparabilidad necesaria de dicha
información. También establece que “para garantizar que los consumidores
comprendan perfectamente las implicaciones del cambio al WLTP, todas las partes
interesadas deben organizar campañas de información o colaborar en ellas a fin
de explicar las repercusiones del nuevo procedimiento de ensayo sobre los
valores de consumo de combustible y de emisiones de CO2. En dichas
campañas de información deben participar autoridades públicas, organizaciones
de consumidores, organizaciones medioambientales y no gubernamentales,
asociaciones de conductores y la industria del automóvil”.
El WLTP cuya implantación se
aceleró tras el escándalo del “Dieselgate”, arrojará unos resultados mucho más
reales en cuanto a las mediciones de valores de consumo y emisiones. La
situación anterior distaba de ser coherente toda vez que la organización International Council on Clean Transportation (ICCT) alertaba de que el consumo
de los vehículos nuevos en Europa se situaba de media un 42% por encima de lo
que homologaba el fabricante. Ello implicaba un gasto adicional de 400 euros al
año en combustible para los usuarios. En cuanto emisiones de CO2 la
situación no era menos escandalosa, arrojando las mediciones efectuadas menos
de la mitad de las emisiones reales. Estas diferencias de consumo entre el
valor homologado y el real se producían al medir en laboratorios -y no en
conducción real- los datos indicados por
las industrias automovilísticas, datos que luego son trasladados a los
consumidores.
Esta discordancia de valores es
lo que trata de atajar la a que el dato
indicado por el fabricante se mide en laboratorios y no en conducción real. Y
esto es lo que trata de solucionar la WLTP que proporcionará información más
precisa fiable al consumidor ya que las
pruebas se efectuarán en condiciones de ensayo más realistas.
Sin embargo, no todo son ventajas ya que una consecuencia de la aplicación del nuevo método
de medición será que los vehículos, al arrojar mayores cifras de consumo,
pasaran a tributar en un tramo más alto en el impuesto de matriculación,
afectando por ello a su precio de venta.
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