La justicia alerta de argucias de los fondos buitre para cobrar deudas de las tarjetas
Las reclamaciones de empresas extranjeras han subido un 800% en 2018
La Memoria de 2018 del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ)
alerta del extraño auge de los monitorios europeos, que son los juicios
rápidos (sin abogado ni procurador) con los que se reclaman deudas desde
un país europeo a un ciudadano español. El organismo judicial afirma
que han crecido un 789% en 2018, tras celebrarse 5.884 casos.
El auge ha llegado por la venta de carteras de clientes morosos de tarjetas de crédito (algunas revolving), operaciones bancarias y compañías telefónicas a fondos buitre
radicados en Malta, Estonia y Luxemburgo. Según la legislación europea,
cuando se reclama un monitorio desde un país de la UE, no existe la
obligación de desglosar ni detallar cómo se ha llegado a la cantidad que
se pide.
Por eso, el juzgado de primera instancia número 11 de Vigo y el 20 de
primera instancia de Barcelona, pidieron a las empresas reclamantes el desglose de los tipos de interés aplicados para saber si había cláusulas abusivas,
ya que se trataba de clientes particulares. Las firmas, que reclaman
entre 2.000 y 6.000 euros, se negaron a enviar la información requerida y
los juzgados paralizaron los procesos, señala Vanesa Fernández
Escudero, directora de Andersen Tax&Legal.
Los dos jueces plantearon una cuestión prejudicial ante el Tribunal
de Justicia de la Unión Europea (TJUE). Mañana se espera el
pronunciamiento del abogado general del TJUE que, aunque no tiene una
posición vinculante, suele marcar el sentido de la sentencia del
tribunal, que se conocerá meses más tarde. Patricia Suárez, presidenta
de la Asociación de Usuarios Financieros ASUFIN, que atiende a
diferentes afectados por este caso, alerta de que detrás de estas
reclamaciones “hay indicios de cláusulas abusivas o incluso deuda
prescrita”.
Vanesa Fernández afirma que este sistema “es un fraude de ley porque
los fondos buitre se sirven de la legislación europea para evitar que
los jueces comprueben si existen cláusulas abusivas en este recobro de
deudas”.
En su opinión, otra razón para este fraude de ley es que la deuda se
origina en España y se ejecuta en España “pero se utiliza una firma de
un país europeo para evitar los controles que existen en España”. Hasta
ahora, algunos juzgados admiten los casos y otros no. “La clave ahora es
lo que diga el abogado, y sobre todo el TJUE, porque los monitorios
están creciendo de forma exponencial”, apunta Vanesa Fernández.
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