martes, 12 de noviembre de 2013

"La banca se independiza de España". Sobre la falta de control sobre las entidades financieras





La banca se independiza de España


La falta de control sobre las entidades financieras






Tenía que ocurrir. 

Mientras la atención se concentraba en la secesión de Cataluña, la banca española aprovechaba el revuelo en corral ajeno para independizarse de España.

Hace tiempo que se desligó de los españoles, a quienes ha tratado con procedimientos más cercanos al Código Penal que al Civil. La pretensión actual de contratar al director general de Regulación del Banco de España, José María Roldán, equivale a una proclamación soberanista.

La Asociación Española de Banca es la segunda patronal del sector, porque la Junta Bancaria por excelencia recibe el nombre de Banco de España. Así lo demuestra el fácil tránsito entre los cortijos citados.

Desde los tiempos del inefable Miguel Ángel Fernández Ordóñez, el autodenominado organismo regulador setransformó en el defensor a ultranza de los bancos y cajas que debía controlar. Los resultados son de sobra conocidos, y ojalá la operación sanitaria del juez Gómez Bermúdez se extienda a los árbitros que como mínimo no advirtieron las tropelías de la CAM.

Desde hace años, la patronal del Banco de España limita sus intervenciones a insultar a los trabajadores españoles. Los acusa de pretender un sueldo a cambio de su trabajo.

Esta desafección hacia la población en su conjunto fue el primer conato de independencia de la banca. Roldán se convierte ahora en el equivalente de Artur Mas, responsable de alcanzar la tierra prometida de unas instituciones financieras que no rindan cuentas a los ciudadanos.

Como dicen los partidarios de las autonomías, la nueva situación no diferirá demasiado de la actual. De Guindos ha esbozado alguna medida para retrasar la independización de la banca, pero Rajoy se muestra mucho más discreto en este apartado que en sus viriles réplicas contra Cataluña. Los bancos ven alentadas sus pretensiones soberanistas por el miedo que infunden a los españoles. Están considerados como la institución más poderosa, 25 puntos por encima del Gobierno. Se les adjudica el doble de pujanza que a la CEOE, el triple que a los jueces. Quién puede frenarlos.

Visto el fracaso del Banco deEspaña en sus principales cometidos, y la sumisión a sus supuestos inspeccionados, queda claro que el fracaso en la gestión pública es una garantía de éxito personal. Roldán supone apenas una gota de agua en el mar que enriqueció a David Taguas -de Zapatero al "lobby" de las constructoras-, Magdalena Álvarez, Elena Salgado o Pedro Solbes.

La independencia bien entendida paga sueldos estratosféricos.

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miércoles, 6 de noviembre de 2013

"Ataque masivo a la privacidad", de Xavier Domènech



 

 Ataque masivo a la privacidad
           La violación sistemática de nuestros más íntimos refugios por parte de los poderosos
 
Xavier Domènech
En el camino de la civilización, cada era alumbra sus nuevos principios, hijos de la reacción a nuevas realidades. En estos días, el principio que está exigiendo a gritos una movilización en su defensa es el de la privacidad. Tal vez haya llegado el momento de que sea añadido al Gran Lema, tras la libertad, la igualdad y la fraternidad. Los poderosos se comportan como diablos cojuelos que levantan los tejados para violar nuestros más íntimos refugios. Lo hacen los gobiernos (los propios y los extranjeros), "monitorizando" mediante grandes ordenadores nuestras llamadas telefónicas y conexiones a internet. Lo hacen las multinacionales de las tecnologías de la información, tanto las operadoras como los proveedores de servicios y contenidos. Y lo hacen sin permiso gentes como el grupo Murdoch, cuyos excesos han provocado un terremoto en Gran Bretaña.

Todos ellos están violando algo ya establecido en el núcleo duro del imperio de la ley. Así, la Declaración Universal de los Derechos Humanos afirma en su artículo 12: "Nadie será objeto de intromisiones arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia (...). Todo el mundo tiene derecho a la protección de la ley contra tales intromisiones o ataques". La Convención Europea de los Derechos Humanos, a la que se someten la mayoría de estados europeos, afirma en su artículo 8: "Todo el mundo tiene derecho que le sean respetados su vida privada y familiar, su domicilio y su correspondencia". Finalmente, la Constitución española establece en su artículo 18: "Se garantiza el secreto de las comunicaciones y, especialmente, de las postales, telegráficas y telefónicas".

He aquí tres documentos fundamentales que constituyen el mandato para nuestros poderes públicos, para todos ellos: legislativo, judicial, ejecutivo, y las administraciones que cuelgan. Y he aquí unos derechos que, por las informaciones que no dejan de aparecer, están siendo masiva y sistemáticamente violados por agentes públicos y privados, foráneos y locales, por motivos económicos, por supuestas razones de seguridad no explicadas, o por simple afán de acumular poder. Si un ataque semejante al que amenaza la privacidad amenazara la libertad y la seguridad clásicas, ¿como reaccionaríamos? La conciencia del atentado emerge a medida que se suman revelaciones, pero la reacción de la política es por ahora decepcionante, y más bien hace pensar en un acuerdo de encubrimiento entre los que han gobernado, los que gobiernan y los que esperan gobernar.


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lunes, 4 de noviembre de 2013

"La rehabilitación es el futuro (I). Causas y efectos", artículo de José Antonio Ruiz




La rehabilitación es el futuro
 José Antonio Ruiz

Esta es la idea que subyace en alguna de las medidas legislativas adoptadas en los últimos tiempos y que a lo largo del presente y posteriores comentarios me propongo diseccionar en la medida de lo posible.

Para impulsar la rehabilitación la Administracióndel Estado ha puesto en liza el Plan Estatal de fomento 2013-2016, como medida de estímulo económico a través de subvenciones, yla Ley8/2013, de de 26 de junio, de rehabilitación, regeneración y renovación urbanas (en adelante, Ley 3R), que recoge una serie de medidas sustantivas que pretenden modificar el procedimiento rehabilitador, introduciendo el Informe de Evaluación de los Edificios que viene a sustituir al Inspección Técnica de Edificios, una mejor regulación de las actuaciones en medio urbano formadas por las actuaciones de rehabilitación edificatoria, regeneración y renovación urbana, y la modificación de algunas leyes, entre las que destacala Leyde Propiedad Horizontal y dela Leydel Suelo. Sobre la nueva regulación de las actuaciones en medio urbano recomiendo la lectura del comentario que con el título “¿De la burbuja a la regeneración?” publica Julio Tejedor en este mismo blog.

Sin perjuicio de algunas consideraciones particulares, estas medidas legislativas merecen una valoración positiva. Pero, siempre hay un pero, se ha omitido toda referencia a un aspecto que influirá decisivamente en el éxito o fracaso de la política rehabilitadora: la financiación, cuestión sobre la volveré en futuros comentarios.

La justificación de esta idea la podemos encontrar en la exposición de motivos de las normas citadas, que vienen a recoger un resumen de las estadísticas oficiales del Ministerio de Fomento sobre la vivienda y la rehabilitación. Dentro de este argumentario destacan, a mi juicio, algunos datos: 

Primero. Existen 676.038 viviendas nuevas sin vender según “El informe sobre el stock de vivienda nueva 2011” del Ministerio de Fomento (http://www.fomento.es).

Cualquier lector pensará, con buen juicio, que es una barbaridad y que lo que procede es paralizar inmediatamente cualquier construcción de vivienda nueva. Este es el problema de la fría cita de datos. Este informe aclara que “se observa que comunidades como la Comunidad Valenciana, Castilla La Mancha, Cataluña o Andalucía cuentan con un elevado porcentaje de stock de viviendas, tanto sobre el stock nacional como sobre sus parques de viviendas. A nivel provincial esto mismo ocurre con Castellón, Alicante y Murcia. Madrid sin embargo, que aparece como una de las comunidades con mayor nivel de stock sobre el total nacional (45.437 viviendas, correspondiente al 6,72% del total), presenta un stock sobre el parque de viviendas autonómico menor al 2%, lo que indica que aglutina gran volumen de la construcción en comparación con otras Comunidades Autónomas. Esto hace que su stock sea elevado al valorarlo a nivel nacional, y sin embargo resulte equilibrado dado el amplio parque de viviendas existente en dicha comunidad”. Continua el informe señalando que “Tres Comunidades Autónomas acumulan el 51,66% del total nacional del stock de 2011: Comunidad Valenciana, Andalucía, y Cataluña. Por su parte, Ceuta y Melilla, Extremadura, Cantabria y Navarra son las comunidades y ciudades autónomas con menor porcentaje de stock acumulado sobre el total nacional”. 

Este mismo lector quizá se esté replanteando su conclusión anterior, quizá esté pensando que fue prematura, incluso quizá esté pensando que el problema del stock de la vivienda, siendo un problema generalizado, se localiza en mayor medida en algunas Comunidades Autónomas y que las medidas que se adopten para unas no tienen que ser necesariamente las correctas para otras. 

Segundo. Existen 3.443.365 viviendas vacías según la estadística del INE “Censos de Población y Viviendas 2011” (http://www.ine.es). Este informe precisa que Galicia,La Rioja y Murcia son las Comunidades Autónomas con mayor porcentaje de viviendas vacías, mientras que Navarra, Madrid, País Vasco, Melilla y Ceuta son las que cuentan con un porcentaje menor. Comparativamente, en los últimos diez años ha crecido el número en 336.943, si bien en algunas Comunidades Autónomas comola Comunidad de Madrid, Baleares, el País Vasco o Cataluña ha disminuido.

La conclusión vuelve a ser la misma, si bien el problema es generalizado la intensidad del mismo no es igual en todas las Comunidades Autónomas y, por tanto, las medidas a adoptar no tienen por que ser las mismas. 

Tercero.  El 58% de las viviendas españolas se construyeron antes de 1979 sin ninguna normativa mínima de eficiencia energética, lo que les hace especialmente sensibles al cumplimiento de los objetivos dela Unión Europea establecidos en el llamado “Paquete 20-20-20”. La estratégica europea 2020 establece como objetivos obligatorios la reducción en un 20% de las emisiones de efecto invernadero respecto a las de 1990 y el incremento de un 20% de la cuota de energías renovables en nuestro consumo y, como objetivo indicativo, la consecución de un ahorro energético también del 20%.

De los casi 26 millones de viviendas que tenemos en España, más del 58% tienen más de 30 años y casi 6 millones tienen más de 50 años, lo que les hace especialmente sensibles a la rehabilitación. 

Cuarto. La rehabilitación en España, aunque está convergiendo con Europa a consecuencia del desplome del sector de la construcción, está 13 puntos por detrás de la media europea en términos globales (28,7 %, frente al 42% del total de la construcción) y 10,6 puntos por detrás si sólo se hace referencia a la rehabilitación “residencial”, según el informe Euroconstruct 2011. 

Quinto. De los 10,7 millones de viviendas en edificios de 4 o más plantas, 4 millones todavía no tienen ascensor. Este dato simplemente pretende evidenciar el amplio margen de mejora que en este aspecto tiene España.

Y en caso de que la política rehabilitadora triunfe ¿cuáles son los efectos previstos? 

La Exposiciónde Motivos de la Ley3R señala que “el camino de la recuperación económica, mediante la reconversión del sector inmobiliario y de la construcción y también la garantía de un modelo sostenible e integrador, tanto ambiental, como social y económico, requieren volcar todos los esfuerzos en las actuaciones de rehabilitación y de regeneración y renovación urbanas,…”. 

Por tanto, para el legislador estatal la rehabilitación se constituye en uno de los pilares sobre los que sustentará la recuperación económica, pero ¿en qué medida esto supondrá un aumento del empleo?

Según las estimaciones del Ministerio de Fomento por cada 1.000 € de ayuda directa en rehabilitación se genera una inversión productiva de 3.300 €. Estos datos son coherentes con el Plan de Fomento que establece que la cuantía máxima de las subvenciones a conceder por edificio en el programa de fomento de la rehabilitación edificatoria no podrá superar el 35% del coste subvencionable de la actuación (artículo 23), lo que supone que cada 1.000 € de subvención se corresponde a 2.857 € de presupuesto protegible. Este mismo porcentaje se mantiene en el programa de regeneración y renovación urbana (artículo 29).

En concreto, se precisa que la puesta en marcha del nuevo Plan Estatal de Fomento va a suponer en 4 años la creación de 32.000 puestos de trabajo por las ayudas directas y 105.000 por la inversión productiva total.

El Plan Estatal de Fomento prevé una dotación total de 2.311 millones de euros, de los que 627 millones se destinarán a financiar la rehabilitación, regeneración y renovación urbana. Estas ayudas directas provocarán una inversión total, contabilizada en términos de presupuesto protegible, de 1.791 millones de euros. Esto supone que cada empleo directo requiere de una inversión en torno a los 56.000 €. Desconozco los términos en los que se ha calculado el incremento del empleo por la inversión productiva total, me parecen excesivamente optimistas.

En unas recientes jornadas organizadas por AVS sobre los Retos dela RehabilitaciónUrbanaen el Siglo XXI, el Gobierno Vasco presentó su plan de rehabilitación concretando que el importe de las ayudas a conceder ascenderá a 81,5 millones, que movilizará otros 859,5 millones de euros, lo que da lugar a que el volumen total de los recursos destinados a la rehabilitación sea de 941 millones de euros. En lo que se refiere al empleo, la previsión es de 13.765 empleos generados entre 2013 y 2016. Esto supone que cada empleo requiere de una inversión aproximada de 68.300 €.

En lo que se refiere a los informes especializados en la materia, el estudio ‘Pobreza Energética en España, Potencial de Generación de empleo derivado de la rehabilitación energética de viviendas” (http://www.cienciasambientales.org.es) señala que la rehabilitación energética de viviendas genera en España cerca de 17 puestos de trabajo directos a tiempo completo por año y millón de euros invertido, lo que ocasiona que la creación de un puesto de trabajo requiera de una inversión en torno a los 58.823 €. Esta cantidad la eleva el “Informe GTR 2012” realizado por el Grupo de Trabajo sobre Rehabilitación (http://www.gbce.es), uno de los mejores por no decir el mejor que he leído sobre el asunto, a 18 nuevos empleos por cada millón de euros invertidos en renovación de viviendas, lo que da lugar a que cada puesto de trabajo requiera de una inversión de 55.555 € aproximadamente. Por último, el informe CONSTRUMAT “Impacto Económico y Social de la Rehabilitación de Vivienda” (http://www.construmat.com) señala que por cada euro invertido en rehabilitación se genera una actividad productiva de 1,85 €, por cada puesto de trabajo directo en la rehabilitación se generan 1,67 puestos de trabajo y por cada euro de PIB generado por la actuación se crean 1,83 euros de PIB en el global de la economía española. La inversión necesaria para crear un puesto de trabajo se cifra en torno a los 65.000/70.000 €.

Estos son los datos y sobre ellos dos reflexiones:

La idea de que la rehabilitación es el futuro debe adecuarse a las previsiones para evitar la creación de falsas expectativas de crecimiento. El cumplimiento de las previsiones dela Administracióndel Estado dará lugar a la generación, en el mejor de los casos, de 100.000 puestos de trabajo.

El éxito o fracaso de la idea dependerá en buena medida del grado de implicación que tengan todos los sectores implicados, públicos y privados. Esperemos que esta implicación sea real y con ello evitemos frustraciones como la provocada por el Plan E, cuyas expectativas de generación de empleo se incumplieron.

Segunda parte de este artículo: pinchar aquí

sábado, 19 de octubre de 2013

El mito de la libre circulación de las personas (pobres) en Europa. "Los Dibrani, apátridas de Europa".


El País hoy publica un impresionante reportaje sobre el caso de Leonarda Dibrani, niña de 15 años que fue detenida por la policía francesa cuando se encontraba en una excursión escolar y fulminantemente deportada con destino a Kosovo, país completamente desconocido para ella.

En este reportaje se nos arrojan datos que nos hacen dudar de esta comedia europea llamada libre circulación que funciona muy bien cuando se trata de capitales o mercancías, pero que rechina cuando ese derecho tratan de ejercerlo personas no pudientes que sólo pretenden trabajar y sacar adelante a su familia en un país que no es el suyo.

Gracias al reportaje nos enteramos que de existir una familia europea y cosmopolita merecedora de circular libremente por Europa, esa es la familia Dibrani. 

Para empezar, la familia Dibrani, residentes durante bastante tiempo en Francia, habla entre sí un italiano perfecto. También francés. La madre de Leornarda nació en Italia y trabajó en la venta ambulante en Sevilla, Bélgica y Alemania. De los 8 Dibrani sólo uno nació en Kosovo; el resto, en Italia y en Francia. El Sr. Dibrani tiene pasaporte yugoslavo (Yugoslavia, hoy no existe) e hizo el servicio militar en Zagreb (capital de Croacia). La competencia lingüística de los Dibrani, de otra parte, también es envidiable ya que manejan con soltura cuatro idiomas europeos.

¿No son merecedores, los Dubrani, del derecho de libre circulación en Europa?


Los Dibrani, apátridas de Europa

La saga de Leonarda Dibrani muestra la incapacidad de la UE para asumir la libre circulación de las personas pobres

Autor del reportaje:  
 Fuente: El País
 
La detención digna de los años treinta de Leonarda Dibrani, una alumna francófona y gitana de 15 años, nacida y criada en Italia, pero de origen kosovar, cuando se encontraba en plena excursión escolar, y la fulminante deportación, suya y de su familia (sus padres y cinco de sus siete hermanos, de entre 17 meses y 17 años), han originado una enorme tormenta política en París. 2.500 kilómetros al este, en Kosovo, el caso apenas suscita un interés marginal. La familia Dibrani ha ido dar con sus huesos a Mitrovica, una ciudad partida en dos desde que en 1999 la OTAN bombardeara Kosovo, antigua provincia serbia que declaró su independencia en 2008.

Al norte del pueblo, feo y sin alma, están los serbios, que hoy suponen un 10% de la comunidad kosovar; al sur, los albaneses y algunos millares —nadie sabe cuántos realmente— de romaníes, ashkali y egipcios, conocidos como RAE, las tres etnias gitanas históricas de Kosovo.

Pero nadie parece sentir la menor curiosidad por esta familia cuyo fundador se marchó de Kosovo hace 38 años, que hoy se expresa en romaní, en francés y en italiano, y que está recién llegada de un remoto lugar de Francia llamado Pontarlier.

La vivienda donde se alojan los Dibrani, concedida por el Ministerio del Interior kosovar, que presume de ejercer la discriminación positiva con los gitanos, es una desvencijada pero digna casita de dos pisos que da a un pequeño jardín trasero y que los recién llegados comparten con otros kosovares —no romaníes— expulsados de la Unión Europea.

Desde 2011, Alemania y Francia consideran que la República de Kosovo es no solo un Estado legítimo sino un “Estado seguro”, y esta decisión política les ha permitido reenviar a casa a miles de miembros —gitanos y no gitanos— de la diáspora kosovar, formada por unos dos millones de personas, una cifra que según el flamante censo nacional es equivalente a la población que vive dentro del país.

Los Dibrani se han hecho famosos en Europa y su casa es un no parar de visitas y niños de todas las edades posibles. Casi todos los que asoman la nariz son franceses. Periodistas, por más señas. La presencia kosovar se limita a un policía y un funcionario, enviados por el ministro del Interior para gestionar los papeles de los Dibrani y ayudarles a regular el intenso tráfico de fotógrafos, cámaras y plumillas que buscan la entrevista definitiva con Leonarda.

La joven, encantadora, graciosa y cejijunta como su padre, sonríe sin parar y vacila como una adolescente: “Soy una estrella”, dice, “pero solo quiero volver al colegio con mis amigos, mis profes y mi novio”.

Su padre, Resat Dibrani, recibe al enviado de EL PAÍS con su mujer, Djemilah, a las ocho menos cuarto de la mañana, cuando los franceses y la parentela aún duermen. Él es un hombre gordito, con la cara ancha, de mirada directa y ojos grises. Ella es morenísima de piel y de pelo, viste de negro, lleva las cejas muy depiladas y parece siciliana o andaluza.

La primera sorpresa llega al comprobar que los Dibrani hablan entre sí en un italiano perfecto y son gente con mucho mundo. La segunda, al saber que la señora Djemilah no nació en los Balcanes sino en Caltanisetta (Sicilia); y la tercera es que no están casados —“convivimos”, dicen— y que se convirtieron en pareja —durmieron juntos por primera vez— en un campamento romaní de Secondigliano, el barrio camorrista por antonomasia de Nápoles.

La gran ironía de esta historia, sintomática de los dislates que lleva décadas —o siglos— cometiendo gran parte de Europa con la comunidad gitana —y de la desconfianza que muchos de ellos sienten hacia los poderes públicos—, es que la mayoría de esta familia a la que los medios llevan una semana llamando kosovar, no ha nacido y no ha vivido nunca en Kosovo.

Así que tenía razón la exaltada señora que el otro día respondió al teléfono en casa del alcalde de Levier, Albert Jeannin, la ciudad donde vivían los Dibrani. “No son kosovares”, dijo, “son gitanos”.

Pues sí. Los kosovares que han puesto al ministro del Interior francés, Manuel Valls, a los pies de los caballos de la opinión pública; los kosovares que han sacado a la calle a miles de estudiantes en París para exigir que la escuela sea un santuario y Francia no detenga ni expulse a una alumna, y los kosovares que fueron enviados a Kosovo el 8 y el 9 de octubre en un avión de Lyon a Pristina con escala en Alemania, apenas hablan kosovar (o albanés), solo tienen un 50% de sangre kosovar, han nacido en la UE y la han recorrido de punta a cabo.

De los ocho Dibrani que, en los últimos cuatro años y ocho meses, pidieron cinco veces asilo político y permiso de residencia en Francia —todas ellas sin éxito—, solo uno es kosovar. Los otros —y no todos— apenas conocen Kosovo por el nombre.

El señor Dibrani recita su alineación: “Daniel tiene 24 años, nació en Nápoles, y ahora está en Ucrania con su mujer. Erina, de 22, vive en Francia con su marido, pero nació ya en Fano, provincia de Pesaro (norte de Italia), igual que María, de 17; Leonarda, de 15; Rocky; de 12; Ronaldo, de 8, y Hassan, de 5, todos en Fano. Y Medina, la más pequeña, nació el 10 de junio de 2012 en Francia”.

"Yo nací aquí, en Mitrovica, hace 48 años, y soy el único que tengo documentos, un pasaporte yugoslavo muy gastado que me hice hace 34 años, cuando me marché desde Kosovo a Zagreb a hacer el servicio militar en el Ejército de Tito. Me han dicho en el Ministerio del Interior que en realidad no tenemos derecho a ser kosovares, aunque parece que lo van a arreglar”.

¿Y por qué no tienen papeles los otros Dibrani? “Nacieron en Italia y allí si no tienes al menos un padre italiano no puedes pedir la nacionalidad hasta los 18 años, te exigen sangre italiana”, contesta Djemilah. ¿Y usted no nació en Caltanisetta? “¡Sí, pero entonces era lo mismo!”.

El éxodo de la familia empezó en 1986, cuenta Resat. “Nací el 2 de septiembre de 1967 en Mitrovica. Entonces éramos decenas de miles de gitanos en Mahala, una ciudad-campamento que estaba cerca de aquí. Pero mi padre era borracho y mujeriego, se fue de casa y tuve una infancia dura. Me fui a vivir con mi abuela, y me criaron las comadres. Ayer intenté ir a ver a una de ellas y me enteré de que había muerto”, recuerda el señor Dibrani, que de joven fue comerciante de zapatos y de bisutería y tiene labia de vendedor de alfombras.

“Cuando mi abuela murió, tenía nueve años y me fui con mi tía abuela. Allí conocí a Djemilah en 1989. Tenía 13 años y no me gustó, era demasiado descarada, llevaba unos escotes muy abiertos… Su hermana era más guapa, pero era más pequeña y tímida… Cuando llegué a la edad de hacer la mili, fui un año chófer de los oficiales. Al acabar, volví a Mitrovica, pero como mi hermano mayor se había ido a Nápoles, y llevaba 20 años sin verle, decidí irme a Italia”.

Los padres de Djemilah eran gitanos de origen croata, y también se fueron a Italia a trabajar como comerciantes de hierro en 1969. “Trabajaron en Palermo, en Messina, en muchos sitios. Yo nací en Sicilia porque vivieron allí mucho tiempo. Pero luego nos marchamos a Nápoles, volvimos a Croacia, fuimos a España”, dice la mujer.

“Éramos jóvenes, y vivimos muchos años como nómadas sin fronteras”, prosigue el marido, “donde oíamos que se podía vivir tranquilos, allá nos íbamos. Yo vendí rosas en Sevilla, pañuelos en Bélgica, tabaco en Alemania, hasta que nos instalamos en Fano, el Ayuntamiento nos ayudó mucho y pude montar una empresa de recogida de trastos y limpieza de jardines”.

“Le juro sobre mi padre muerto”, dice Djemilah, “que jamás hemos pedido limosna, ni hemos vendido a una hija, ni hemos hecho ninguna cosa horrible. Somos gente normal, creyente, familiar. A Resat le metieron en la cárcel de Nápoles una vez por error, y cuando salió le dieron un cheque y todo”.

La saga de estos apátridas es ejemplar, además de por su optimismo vital y su alergia a las patrias y los documentos —vestigio quizá de un ADN receloso con los censos, que solían ser preludio de pogromos—, por algunas otras costumbres muy mal vistas en esta Europa neoliberal y burguesa.

Su historia, hecha de viajes, libertad, aventuras y fugas, produce a la vez envidia y vértigo, y es a la vez la encarnación y el reverso del sueño europeo: gente que habla tres o cuatro lenguas, y que va saltando de país en país según cambia el aire.

Pero a la vez es la muestra de la incapacidad de la UE para asumir la libre circulación de las personas pobres, y de su desinterés por conceder los derechos básicos y respetar a su única minoría étnica, que por cierto fue parcialmente exterminada durante el Holocausto: 800.000 gitanos murieron en el Porraijmos (La Devoración, en caló).

Quizá la historia de Leonarda sirva para que los políticos, y los ciudadanos que consideran a los gitanos los culpables de crisis que nada tienen que ver con ellos, comprendan que este pueblo se hizo nómada por necesidad, y que ha ido dejando de serlo solamente en aquellos lugares que lograron cambiar el odio por una mano tendida, o a medida que sus hijos se han escolarizado y han entendido que solo con una buena educación podrán mantener el radical sentimiento de la libertad que les legaron sus ancestros.

Si los diez millones de gitanos europeos son el producto de una diáspora muy antigua y de la historia que escribieron a golpe de expulsiones los dictadores, desde los Reyes Católicos a Hitler y Franco, en los últimos 40 años su supervivencia ha dependido de las decisiones de los líderes democráticos europeos. Y su nivel de vida ha mejorado notablemente en los sitios donde se han hecho políticas de inserción a largo plazo, como España. “Tenemos parientes en todas partes. Pero queríamos quedarnos en Italia, allí nacimos casi todos y teníamos una casa preciosa, con jardín, cerca del mar”, dice la madre.

“Todo nos iba bien hasta que Silvio Berlusconi dijo que había que echar a todos los gitanos del país”, recuerda el padre. Eso fue antes y después de las elecciones de 2008. El Gobierno italiano no dudó en censar, tomar las huellas, tolerar ataques motorizados e incendiarios a campamentos y deportar en masa a los gitanos. La huida de los Dibrani desde Italia a Francia coincidió, en enero de 2009, con el clímax de esa ofensiva. “Nos fuimos dos días antes de que nos expulsaran. El abogado me contó que iban a mandarnos a Croacia, así que cogimos la furgoneta, y salimos por San Remo hasta Orleans”.