Orden ESS/1554/2016, de 29 de septiembre, por
la que se regula el procedimiento para el registro y publicación de las
memorias de responsabilidad social y de sostenibilidad de las empresas,
organizaciones y administraciones públicas.
Publicado en:
«BOE» núm. 238, de 1 de octubre de 2016, páginas 70263 a 70270 (8 págs.)
Queremos en este nuevo curso en ‘El Asombrario’ seguir insistiendo en esos libros imprescindibles e imperecederos que nos ayudan a montar una biblioteca ecológica y a amueblar la cabeza para entender realmente dónde estamos. Abrimos estas nuevas entregas con ‘Lo pequeño es hermoso’, publicado en 1973 por el economista y estadístico germano-británico E. F. Schumacher (1911-1977),
un referente para los críticos con los sistemas económicos de
Occidente. Su esencia: “El ser humano es pequeño y, por lo tanto, lo
pequeño es hermoso. Perseguir el gigantismo es buscar la autodestrucción”.
A esta Ventana Verde que se abre a la cultura verdaderamente
sostenible vamos trayendo libros -unos clásicos, otros actuales- que
nos hacen pensar en otra relación con el planeta. Hemos hablado de los
trabajos de Joaquín Araújo, de Julio Vías, Víctor J. Hernández, Juan
Varela y Antonio Sandoval, de Gustavo Duch y Jordi Pigem, de Thoreau
-por supuesto-, Naomi Klein… Hoy nos detenemos en una obra de
referencia: Lo pequeño es hermoso, un trabajo publicado en 1973
y traducido a más de 30 lenguas, que ya en aquella década de puro
desarrollismo ciego se mostraba visionario alertando sobre determinados
asuntos de riesgo, como nuestra dependencia de los combustibles fósiles,
la entrega acrítica al crecimiento del PIB sin más matices y el saludo a
la energía nuclear como la gran salvación. Como se señala en la
contraportada de la edición de Akal de 2013, “es un vigoroso alegato
contra una sociedad distorsionada por el culto al crecimiento
económico”. Un libro que el periódico The Times ha elegido entre los 100 más importantes publicados a partir de la Segunda Guerra Mundial.
Aunque en algunos capítulos se ha quedado obviamente desfasado, Lo pequeño es hermoso
nos sigue conmoviendo en lo esencial de su mensaje. Lo encontramos en
la página 37: “¿Cómo hacer para comenzar a desmantelar la codicia y la
envidia? Tal vez comenzando a ser menos codiciosos y envidiosos nosotros
mismos, o evitando la tentación de permitir que nuestros lujos se
conviertan en necesidades y por un sistemático análisis de nuestras
propias necesidades para encontrar la forma de simplificarlas y
reducirlas. Si no tenemos fuerzas para hacer ninguna de estas cosas,
¿podríamos, por lo menos, dejar de aplaudir el tipo de progreso
económico que adolece de falta de bases para la permanencia y a la vez
dar nuestro apoyo, por modesto que sea, a quienes no teniendo temor de
ser tildados de excéntricos trabajan por la no violencia como ecólogos,
protectores de la vida salvaje, promotores de la agricultura orgánica,
productores caseros, etc…? Un gramo de práctica es generalmente más
valioso que una tonelada de teoría”. Y justo es recordar aquí nuestra
entrega de hace unas semanas de la Ventana Verde en torno al documental Mañana,
que muestra pequeñas prácticas, ejemplos ya en marcha, de cómo
emprender una relación diferente con la Tierra para asegurarnos el
futuro.
Tengamos en cuenta que todo esto fue escrito a comienzos de los
setenta, y que por entonces, en 1972, la ONU convocó en Estocolmo la
primera gran conferencia mundial sobre cuestiones medioambientales y que
el término “desarrollo sostenible” no se acuñó oficialmente hasta los
años 80 en el famoso Informe Brundtland, tomando el nombre de la primera
ministra noruega Gro Harlem Brundtland, y también dentro del ámbito de
Naciones Unidas.
Ya Schumacher arremetía hace más de 40 años contra la consideración
sagrada del crecimiento del Producto Nacional Bruto (o PIB, Producto
Interior Bruto) como el mejor indicador de progreso para un Estado y sus
ciudadanos. Leemos: “La idea de que puede haber un crecimiento
patológico, un crecimiento enfermizo, un crecimiento desordenado o
destructivo, es una idea perversa que no debe permitirse aflorar. Una
pequeña minoría de economistas ha comenzado a preguntarse hasta dónde
puede llegar el crecimiento, dado que el crecimiento infinito dentro de un medio ambiente finito es obviamente un imposible”.
Otro aspecto que me llama especialmente la atención de este libro es
su aproximación al pensamiento budista para resaltar cómo nos hemos
desviado de la función principal de lo que debería ser el trabajo:
permitir desarrollar al ser humano sus facultades en beneficio propio y
de la sociedad; y cómo lo hemos transformado en una especie de
obligación/esclavitud en la que la mayoría de la gente no puede
disfrutar con lo que ocupa la mayor parte de su tiempo. Escribe
Schumacher: “Sería poco menos que criminal organizar el trabajo de tal
manera que llegue a ser algo sin sentido, aburrido, que idiotice y
enerve al trabajador; eso indicaría una mayor preocupación por las
mercancías que por la gente, una diabólica falta de compasión y un grado
de inclinación hacia el lado más primitivo de la existencia que
destruye el alma”. “Igualmente, esforzarse por el ocio como una
alternativa al trabajo sería considerado como una total
malinterpretación de una de las verdades básicas de la existencia
humana, es decir, que el trabajo y el ocio son partes complementarias de
un mismo proceso vital y no pueden ser separadas sin destruir el gozo
del trabajo y la felicidad del ocio”.
Miramos a nuestro alrededor en pleno 2016, ¿y qué vemos? ¿Cuánta
gente conocemos que realmente no separe la felicidad que le aporta su
tiempo libre de sus obligaciones laborales? ¿Podemos llamar a eso, como
nos han hecho creer, Estado del Bienestar? ¿No sería mejor, entonces, y aprovechando las matizaciones verbales del idioma castellano, apostar por un Estado del Bienser, o del Bienvivir?
Schumacher, formado en Bonn, Berlín, Oxford y la Universidad de
Columbia en Nueva York, insistía en el valor crucial de la educación
para reorientar nuestra autodestructiva civilización, como hizo otro
gran pensador-economista, José Luis Sampedro, en nuestro país: “Una
educación que no consiga clarificar nuestras convicciones centrales es
meramente un entrenamiento o un juego. Porque son nuestras convicciones
centrales las que están en desorden y, mientras la presente actitud
antimetafísica persista, tal desorden irá de mal en peor. La educación,
lejos de ser el más grande recurso del hombre, será un agente de
destrucción”.
Schumacher incluso mira 20 años atrás para citar a los ecologistas Tom Dale y Vernon Gill Carter, y su libro de 1955 El suelo y la civilización: “El
hombre es una criatura de la naturaleza (no es el señor de la
naturaleza). Debe conformar sus acciones dentro de ciertas leyes
naturales si es que desea mantener su dominio sobre el medio ambiente.
Cuando trata de eludir las leyes de la naturaleza, usualmente destruye
el medio ambiente natural que le sostiene. Y cuando ese medio ambiente
en el que él vive se deteriora rápidamente, su civilización declina.
Alguien ha dado una muy breve descripción de la historia diciendo que
‘el hombre civilizado ha cruzado la superficie de la tierra y dejado un
desierto tras sus huellas”. Palabras que hoy, 60 años después, muchos
siguen sin asumir, incluidas las fuerzas políticas más reaccionarias que
nos representan en los Parlamentos. Causa estupor, por decirlo
brevemente.
Incluso mira mucho más atrás: “En Proverbios leemos que el
hombre justo tiene cuidado de los animales, pero que el corazón del
perverso no tiene misericordia, y Santo Tomás de Aquino escribió: ‘Es
evidente que si un hombre practica un cariño compasivo por los animales
ha de estar más preparado aún para sentir compasión por su prójimo’. Lo
que se aplica a los animales que están sobre la tierra también se
aplica, igualmente, y sin ninguna sospecha de sentimentalismo, a la
tierra misma”.
Y pone el dedo en lo que para mí es una de las heridas más importantes de nuestra civilizada sociedad: “En nuestra época el principal peligro en relación con el suelo, y por extensión con la agricultura y la civilización
en su conjunto, se origina en la decisión del hombre de la ciudad de
aplicar los principios de la industria a la agricultura. (…) Ahora bien,
el principio fundamental de la agricultura es que trata con la vida, es
decir, con sustancias vivas. Sus productos son el resultado de los
procesos de la vida y su medio de producción es el suelo viviente”.
Sobre la energía nuclear, un párrafo contundente: “Ningún grado de
prosperidad podría justificar la acumulación de grandes cantidades de
sustancias altamente tóxicas que nadie conoce cómo hacer seguras y que
constituyen un peligro incalculable para toda la creación durante
periodos históricos e incluso geológicos. Hacer tal cosa es una
transgresión en contra de la vida misma, una transgresión infinitamente
más seria que cualquier crimen perpetrado por el hombre. La idea de que
una civilización podría mantenerse a sí misma sobre la base de tales
transgresiones es una monstruosidad ética, espiritual y metafísica.
Significa conducir los asuntos económicos del hombre como si la gente
realmente no importara nada”.
Y sobre el liberalismo a ultranza, sin medidas de control que
permitan sociedades más tranquilas e igualitarias, que tanto daño causa
-y lo estamos comprobando de manera cruda en los últimos años en este
planeta de mercaderes-, duras palabras de Schumacher: “La fuerza de la
idea de la empresa privada yace en su simplicidad aterradora. Sugiere
que la totalidad de la vida puede ser reducida a un aspecto:
beneficios”. Cree que el ser humano puede moverse -y de hecho se mueve-
por otros aspectos de la vida, como la bondad, la verdad y la belleza,
“pero como hombre de negocios se preocupa sólo de los
beneficios”. “En relación a esto, la idea de la empresa privada se
adecua exactamente a la idea de El Mercado, al que, en un capítulo
anterior, denominé ‘la institucionalización del individualismo y de la
irresponsabilidad’. De la misma manera, se adecua perfectamente a la
tendencia moderna hacia la total cuantificación, a expensas de la
apreciación de las diferencias cualitativas, porque a la empresa privada
no le preocupa qué es lo que produce, sino cuánto es lo que gana con la
producción”.
En el Boletín Oficial del Estado de 6 de octubre
de 2015 se publicó la Ley 42/2015, de 5 de octubre, de reforma de la Ley de
Enjuiciamiento Civil, en cuya disposición adicional primera se modifica el
artículo 1964 del Código Civil, artículo dedicado al plazo de prescripción de
las acciones hipotecaria y personales que no tengan un plazo específico para
prescribir.
Con la nueva redacción del Art. 1964 del CC el
plazo de prescripción para el ejercicio de acciones personales que no tuvieran
previsto un plazo especial se reduce pasando de quince años a cinco años.
También se especifica que el plazo de inicio de la prescripción comienza “desde
que pueda exigirse el cumplimiento de la obligación” y que “en las obligaciones
continuadas de hacer o no hacer (esto es, las obligaciones continuadas o de
tracto sucesivo)el plazo comenzará cada
vez que se incumplan anterior a esta modificación”.
Esta modificación afecta de lleno al ámbito de
las relaciones jurídicas entre los consumidores y los empresarios toda vez que
afecta a las obligaciones que puedan surgir de la celebración de un contrato de
compraventa y no tengan plazo de prescripción específico. También a la acción
de resolución de un contrato por incumplimiento o a las acciones derivadas de
un defectuoso cumplimiento (entrega de cosa distinta o con defectos impropios
“aliud pro alio”).
La reducción del plazo de prescripción entró en
vigor el 7 de octubre de 2015, debiendo aplicarse conforme a lo previsto en la
disposición transitoria quinta de la Ley 42/2015, que se remite al artículo
1939 del Código Civil; este precepto, a su vez, dispone que “la
prescripción comenzada antes de la publicación de este código se regirá por las
leyes anteriores al mismo; pero si desde que fuere puesto en observancia
transcurriese todo el tiempo en él exigido para la prescripción, surtirá ésta
su efecto, aunque por dichas leyes anteriores se requiriese mayor lapso de
tiempo”.
Ello quiere decir que si el plazo de prescripción se
iniciase antes del 7 de octubre de 2015, dicha prescripción tendrá lugar bien
cuando se alcance el plazo de 5 años desdede dicha entrada en vigor (7 de octubre de 2015) o bien la fecha en la
que finalice el plazo de quince años desde su inicio, si dicha fecha es
anterior a la primera.
48.000 personas cada año (8.000 más que en estudios precedentes) mueren prematuramente en Francia a causa de la contaminación atmosférica. Es la tercera causa después del tabaco y el alcohol. Este es el resultado de la investigación realizada por la agencia Salud Pública Francia y publicada este martes. El dato llega en un momento particularmente sensible para Francia, un país empeñado en transformar su modelo energético con drásticas medidas tendentes a acabar con los más nocivos contaminantes del aire como el diésel.
Como parece lógico, los efectos más perjudiciales para la salud se registran en las grandes ciudades, donde la esperanza de vida se puede reducir hasta en quince meses. Pero tampoco las áreas rurales quedan libres de la amenaza. En Francia, la esperanza de vida se recorta hasta en nueve meses en las áreas menos urbanizadas. Esto se debe a la contaminación que generan las ciudades e industrias próximas, pero también a los métodos agrícolas utilizados. "Es uno de los aspectos más novedosos de este estudio", explica Sylvia Medina, coordinadora del proyecto de vigilancia de aire y salud de la agencia francesa.
Francia ha iniciado la batalla contra los combustibles fósiles y a favor de las energías alternativas. En la capital, París, ya no pueden circular los vehículos pesados de más de catorce años. Desde el 1 de julio próximo tampoco podrán entrar en la ciudad (en horarios laborales)los coches diésel de más de veinte años.
El estudio publicado, tituladoImpactos sanitarios de la contaminación del aire en Francia: nuevos datos y perspectivas, arroja un resultado más preocupante que el último conocido y hecho público en 2005 con datos del año 2000 por parte de la Comisión Europea. En él se hablaba de hasta 40.000 muertes prematuras en Francia por la contaminación. El nuevo análisis ha contado con datos de 2008 y señala como principal causante del perjuicio para la salud a las partículas finas PM2,5 (las menores de 2,5 micrómetros de diámetro), justamente las que convierten al diésel en un combustible especialmente dañino.
“La cuestión es ahora saber si nosotros tenemos que seguir invirtiendo dinero en el desarrollo del diésel”, ha dicho desde Fráncfort el consejero delegado de Volkswagen Matthias Müller, informa France Presse. La marca alemana es la que ha originado el escándalo en torno al trucaje de las mediciones de contaminación de los vehículos. Francia es uno de los países donde más se utiliza el diésel. Los dos grandes constructores galos, Renault y PSA (Peugeot-Citroen), urgidos por los responsables políticos y las nuevas demandas del mercado, están realizando importantes inversiones en el desarrollo de vehículos más limpios.
Los resultados de este estudio son extrapolables a otros países y ciudades, indica Medina. El análisis europeo realizado en 2011 porel programa Aphekom señala que hay varias ciudades españolas con más micropartículas en el ambiente que París, como es el caso de Barcelona, Valencia, Sevilla y Granada. Madrid no participaba.
“Los resultados demuestran que los escenarios más ambiciosos de reducción de la contaminación logran importantes beneficios para la salud”, dice el estudio de esta agencia inscrita en el Ministerio de Sanidad. “Si el conjunto de los ayuntamientos lograra reducir las partículas finas al mismo nivel que las poblaciones menos contaminadas, se podrían evitar 34.000 muertes cada año, con una ganancia de esperanza de vida de nueve meses”. "Ese es el mensaje más positivo de nuestro estudio", añade Medina. "Se pueden tomar medidas para reducir muertes prematuras y, sobre todo, mejorar la calidad de vida de la gente".
Esta agencia ha analizado, además, la calidad del aire en 17 ciudades francesas entre 2007 y 2010 para conocer el impacto de los picos de contaminación en la población. El resultado es que tales picos tienen un efecto marginal. Lo más perjudicial es la exposición crónica a una alta contaminación.
El estudio propone como soluciones las ya conocidas y puestas en marcha con mayor o menor intensidad: modificar la composición de los carburantes, imponer peajes urbanos, fomentar el uso de la bicicleta, reducir el uso del coche y bajar las emisiones industriales. Las micropartículas penetran en el aparato respiratorio y de ahí entran en la corriente sanguínea. Producen problemas respiratorios, pero también favorecen enfermedades cardiovasculares y el desarrollo del cáncer, sobre todo de pulmón.
Pionero de la sociología económica, Wolfgang Streeck analiza la crisis del modelo
El profesor Wolfgang Streeck
(Lengerich, 1946) pasó más de tres décadas estudiando las relaciones
entre capital y trabajo en las sociedades capitalistas. Sociólogo
formado en la Alemania escindida por el Muro, desarrolló gran parte de
su carrera en Estados Unidos, en las universidades de Columbia y
Wisconsin-Madison, antes de asumir la dirección del Max Planck Institute,
centro del que es director emérito. Nunca fue muy partidario de la
teoría de los sistemas y análisis cuantitativo que triunfó en Estados
Unidos a partir de los setenta —"las publicaciones académicas se
convirtieron en un tostón"— y fue un pionero en la puesta en marcha de
un programa de sociología económica. Pero en 2008, ante una crisis
económica que describe como una experiencia casi mortal, fue cuando
comprendió que la continuidad de las sociedades y de las oportunidades
de la gente en el campo laboral dependían más que nunca del sistema
global financiero: "Para entender las dinámicas de la sociedad moderna y
la vida de la gente tienes que comprender el desarrollo y el papel de
las finanzas globales como la condición dominante, había que integrar la
política del sector financiero en la teoría macro de desarrollo
social". En eso anda empeñado, como demuestran sus artículos en New Left Review. Invitado en abril por el Centro de Estudios del Museo Reina Sofía
y el MACBA a impartir sendos seminarios en Madrid y Barcelona, Streeck
disertó sobre las crisis del capitalismo, la vacuidad de la política y
la construcción europea.
Pregunta. Los sindicatos han sido una parte esencial
de su área de estudio. ¿Estaban ahí los elementos para anticipar su
actual pérdida de influencia?
Respuesta. Las predicciones son muy difíciles de
hacer. A finales de los sesenta hubo una ola de agitación obrera,
incluso en el bloque soviético. A partir de ese momento, los sindicatos
tuvieron una fuerza creciente: la única manera de calmar ese malestar
sin que subiera el desempleo era admitir tasas más altas de inflación,
una especie de fuerza pacificadora. Pero esa medicina tenía
contraprestaciones muy serias. La decisión de acabar con esto la tomó en
1979 Paul Volcker como presidente de la Reserva Federal con Carter.
P. ¿Qué pasó?
R. Cuando yo era un estudiante se decía como una
obviedad que un 5% de desempleo en una democracia era algo imposible, la
gente haría saltar por los aires el sistema. El experimento político
fue decidir jugársela. El desempleo subió al 20% en EE UU en los
primeros ochenta, industrias enteras se borraron del mapa. Ahora incluso
se han aprobado leyes para dificultar la organización sindical en
Estados Unidos, el mismo país que en los años treinta introdujo
legislación para promover esto, porque, siguiendo el modelo keynesiano,
pensaban que unos sindicatos fuertes podrían redistribuir la riqueza,
producir demanda agregada y crecimiento económico.
P. Señala tres tendencias que se retroalimentan: el
aumento de la desigualdad, la caída del crecimiento y la impresión de
moneda y de deuda, algo que considera insostenible. ¿A qué conduce esto?
R. A una situación impredecible de crisis potencial,
de interrupciones emergentes o colapsos con una intensificación de
conflictos entre países y clases sociales, y al declive del nivel y la
esperanza de vida de una parte cada vez más grande de la población. El colapso del capitalismo es posible,
lo ocurrido en 2008 podría repetirse pero a mayor escala, con muchos
bancos cayendo al mismo tiempo. No digo que vaya a suceder, pero podemos
estar seguros de una tendencia: el aumento del número de personas que
quedan en los márgenes.
P. ¿Las sociedades avanzadas se acercan al Tercer Mundo?
R. Hay países considerados sociedades capitalistas
altamente desarrolladas que presentan similitudes preocupantes con los
llamados países del Tercer Mundo. Más y más gente depende de recursos
privados para vivir bien. Luego, los países del Tercer Mundo están bajo
mucho estrés y en un proceso rápido de deterioro: la clase media y las
burocracias han perdido la esperanza. La promesa de desarrollo parece
haberse roto totalmente.
P. Apunta que la falta de una alternativa al
capitalismo produce una clase política interesada, un descenso de la
participación electoral, más partidos y una inestabilidad persistente.
Pero, tradicionalmente, la teoría política consideraba la baja
participación como un síntoma de madurez en democracia.
R. Bueno, sobre esto no había consenso, pero la
teoría era que la gente estaba tan satisfecha que no iba a votar. Yo me
fijo en tendencias, y en la OCDE hay un descenso en la participación que
coincide con otras curvas como el aumento de la desigualdad, la
congelación salarial o las reformas del Estado de bienestar. Cabría
pensar que la gente insatisfecha irá a votar, pero no. Es algo
asimétrico: quienes recurrentemente se abstienen son quienes están en la
base de la distribución de la riqueza. Ahora, sin embargo, estos
ciudadanos que habían renunciado a la política están volviendo. En todas
partes vemos un ascenso de los llamados partidos populistas.
P. ¿Qué implicaciones tiene esto?
R. Esa curva empieza a subir, pero a costa de la
estabilidad política y de los partidos del centro que están cayendo; hay
una mayor dificultad para formar Gobiernos porque los nuevos partidos
tienen que entrar en el sistema y los viejos no se fían. Los conflictos
inherentes en las sociedades empiezan a ascender y a subir al sistema
político, después de 20 años de ver cómo quedaban fuera del discurso
político oficial.
P. ¿Otras tendencias también cambian?
R. Las económicas se refuerzan de tal manera que
algo muy gordo tendría que pasar para que alteraran su curso. Es como si
el sistema tuviera muchas enfermedades al mismo tiempo, cada una de las
cuales podría tratarse y curarse, pero no todas al mismo tiempo. Por
ejemplo, el dramático aumento de la desigualdad se refuerza con esta
gente que dispone de una increíble cantidad de herramientas y recursos
para defender su riqueza.
P. La filantropía, especialmente en EE UU, es el mecanismo que muchos encuentran para compensar. ¿Qué opina?
R. El motivo por el que la esfera pública no puede
hacer ciertas cosas por sí misma es porque no puede cargar
impositivamente a los ricos; entonces estos se gravan a sí mismos, por
supuesto de manera menor, y lo combinan con una gran operación de
relaciones públicas. Es algo humillante para las sociedades democráticas
depender de la buena voluntad de unos pocos. Es como una
refeudalización.
P. ¿Qué piensa de la revolución tecnológica que promete otorgar más poder a la gente y plantea otro tipo de economías?
R. Es un tema muy amplio. A finales de los setenta,
cuando estudié la industria automovilística, vi los primeros robots
entrando en fábricas. Pensamos que significaría muchísimo desempleo, y
así ocurrió en EE UU y en Reino Unido, pero no en Alemania o Japón,
donde se diversificaron los productos que necesitaban de una mano de
obra muy sofisticada. Las industrias se expandieron a un ritmo tan
fuerte que el efecto del ahorro de trabajo quedó anulado por el volumen.
P. ¿Y ahora?
R. Hoy tenemos un problema parecido con el auge de
la inteligencia artificial, estas máquinas que pueden programarse a sí
mismas e incluso crear otras. Esto ataca a la clase media, es decir, a
la gente que ha trabajado duro en la escuela y en la universidad para
tener un empleo. El estadounidense Randall Collins,
por ejemplo, predice que para mediados de este siglo la inteligencia
artificial habrá causado un nivel de desempleo de al menos un 50% entre
la clase media en todas las sociedades.
P. Se ha mostrado muy crítico con el euro y habla de un cambio en la estructura monetaria. ¿Una vuelta a las monedas nacionales?
R. En esta vida no hay vuelta atrás, pero algún tipo
de restauración de la soberanía monetaria en los países que están
quedando atrás es inevitable. Debemos empezar a pensar seriamente en un
sistema monetario de dos niveles. Es una elección entre cirugía sin
anestesia o con algún sedante. Y si quieres hacer una vivisección en
Grecia ves que no tienen suficiente poder para resistir y está a punto
de convertirse en un país del Tercer Mundo.
P. Escribe que el capitalismo no va a desaparecer
por decreto, nadie va a salir a anunciar su caída, y habla más bien de
una mutación.
R. Mi hipótesis es que atravesaremos un largo
periodo de transición, en el que no sabemos hacia dónde vamos. Es un
mundo de incertidumbre, desorden, desorientación, en el que todo tipo de
cosas pueden pasar en cualquier momento. Nadie sabe cómo salir del
problema, solo vemos que crece. No se trata solo de las desigualdades y
las finanzas haciendo cortes por todas partes, es que también afrontamos
límites en términos de medio ambiente y políticas energéticas, así como
el ataque de las periferias. Todo simultáneamente.
P. ¿La desaparición del comunismo le está buscando la ruina al capitalismo, que ya no tiene competencia?
R. Desde el siglo XIX existía la presunción de que
el capitalismo era estabilizado por sus enemigos, que forzaban crisis
transformativas. El capitalismo hoy es muy distinto del de entonces,
pero lo que tienen en común es el maridaje de la promesa de progreso
social con la interminable acumulación de capital capaz de crecer por sí
mismo, sin límite. La unión de estas dos cosas, la promesa de progreso y
la acumulación de capital en manos privadas, es la cuestión crítica:
¿cuánto puede durar? Podría decirse que la acumulación de más y más
capital no puede ser descrita como progreso, toca un límite. Y si el
dinamismo capitalista empieza a tocar techo, entonces llegamos a la
crisis.
R. Diría: “Karl y yo teníamos razón”.Si nos fijamos
en los orígenes de la sociología y la teoría social, se consideraba que
sus trabajos eran antagónicos, pero hoy parecen extremadamente
similares.
Oviedo un sábado. Camino por lugar céntrico y entro en un colegio
porque en el patio se juega un partido de baloncesto. Son niños de unos
cinco años, muy pequeñines, que con ilusión y no mucha destreza intentan
tirar a una canasta de mini básquet a la que apenas rozan.
A pocos metros de mí un par de padres, supongo, suponen de niños
jugadores, prácticamente pisando la línea de banda. Son una suerte de
treintañeros en zapatillas de aspecto corriente, muy, muy corriente, y
vomitan instrucciones sin parar a sus respectivos rapacines. Me aseguro
de que no son entrenadores pues estos se hallan al otro lado de la
pista. Me pasma su comportamiento, ellos creen que animan o aleccionan y
lo único que hacen es confundir a los críos, estresarlos y para mi
asombro faltar al respeto a jugadores del equipo contrario: ¡hablo de
nenes de cinco o seis añitos!
Me consta que estos comportamientos son el pan nuestro de cada finde en todas las canchas deportivas del panorama patrio.
Conclusión. ¿No se puede hacer nada con estos mentecatos? Las
asociaciones escolares, las federaciones, o el FBI deberían tomar
medidas para que estos pobres diablos no hicieran alarde de su
frustración emocional nublando lo que debería ser una linda mañana de
sábado y deporte escolar.
Tres grandes fraudes al ahorro popular mantienen atrapados a 5.000 millones de euros de familias
La organización de consumidores Adicae convoca este
miércoles concentraciones de protesta en 16 ciudades españolas para
reclamar una solución efectiva que permita recuperar sus ahorros a los
afectados por los casos Fórum Filatélico, Afinsa y Arte y Naturaleza,
así como a los damnificados por el engaño prácticamente sistémico de las
preferentes y por la salida a bolsa de Bankia
EDUARDO BAYONA @e_bayona
ZARAGOZA .- Al grueso de los 269.203 afectados por el fraude de Fórum Filatélico
les falta por recuperar el 79,5% de los 3.702,7 millones a los que
ascendió el pufo de los sellos. La mayoría de las 190.000 familias que
invirtieron en Afinsa tienen pendientes de reintegro el 90% de
los 2.207 millones en los que se cifra el engaño. Y la totalidad de las
18.135 que picaron en el gancho de Arte y Naturaleza siguen sin ver ni uno de los 475.234 euros que se volatilizaron en el tinglado de cuadros y esculturas.
Las 477.338 familias damnificadas por estos tres grandes fraudes siguen teniendo atrapados casi 5.000 millones de euros,
según las estimaciones de la organización de consumidores Adicae, que
ha convocado para este miércoles concentraciones de protesta en 16
ciudades españolas para pedir una solución a estos grandes fraudes, a
los que añaden otros dos cuyo reguero de ahorradores esquilmados se
extiende por todo el país: el engaño sistémico de las participaciones preferentes, en el que calculan que un millón de personas se dejó 40.000 de euros, y el de la salida a bolsa de Bankia,
en la que 255.000 personas compraron acciones basándose en la
información “inveraz” que difundió la propia entidad, que tiene
pendientes demandas por más de 800 millones de euros.
Las víctimas de los fraudes filatélicos
de Fórum y de Afinsa, que quebraron sin poder devolver los depósitos que
habían ido tras sobrevalorar sus activos, y los de Arte y Naturaleza,
en el que el tinglado se basaba en obras de arte en lugar de en sellos,
tienen asumido desde hace una década que va a ser difícil que recuperen
todo el dinero. Sin embargo, una década después de estallar los fraudes,
el ritmo de los reintegros es muy inferior al de las peores expectativas.
La organización de consumidores, que achaca a “la lentitud de la justicia y la inacción de las instituciones” la
falta de soluciones efectivas en este tipo de asuntos, que comenzaron a
generalizarse hace una década, cuando las burbujas inmobiliaria y
financiera se acercaban a su explosión, reclama “que cualquier pacto de
Gobierno incluya el compromiso de una solución justa, colectiva e
inmediata para los afectados por los fraudes al ahorro”.
Adicae apela también a la “responsabilidad” de los grupos parlamentarios,
a los que pide un compromiso que priorice “en esta nueva etapa
política” la defensa de los derechos de los consumidores y el fin de los
fraudes y a los que reclama que hagan “cumplir los acuerdos del
Congreso”. Especialmente, la resolución unánime que hace tres años
propuso una solución conjunta para los afectados por los casos de Fórum
Filatélico, de Afinsa y de Arte y Naturaleza.
Las protestas de este miércoles, convocadas bajo el lema Contra los fraudes al ahorro y por un sistema financiero justo y transparente, tendrán lugar en Madrid,
Barcelona, Valencia, Sevilla, Cádiz, Granada, Huelva, Jaén, Las Palmas,
Valladolid, Toledo, Cáceres, Don Benito, Vigo, Alicante, Murcia y
Zaragoza.
La de esta última ciudad tendrá lugar frente a la
sede del Banco de España. Según Aicar-Adicae, “casi 20.000 familias
siguen teniendo atrapados casi 218 millones de euros y esperan una
solución inmediata para estos escándalos financieros” en Aragón: 4.525
tienen pendientes de recuperar más de 48 millones de Fórum Filatélico,
3.192 esperan otros 32,4 de Afinsa, otras 4.000 quieren recobrar los
cien millones que invirtieron en las llamadas participaciones
preferentes y 7.500 siguen a la espera de saber qué ocurre con los 37,5
millones que pusieron “en la salida a Bolsa de Bankia, el último gran
fraude al ahorro popular”.
Ernest Urtasun, eurodiputado de ICV, participa en la
Comisión del Europarlamento que este martes interrogará a representantes de
paraísos fiscales como Andorra o Liechtenstein, y a las corporaciones Google,
Apple, Ikea y McDonalds. Fiat y Starbucks han rechazado acudir a esta cita para
pedirles explicaciones sobre sus acuerdos fiscales secretos.
ALEJANDRO LÓPEZ DE MIGUEL
@Alopezdemiguel
Fuente: Público
MADRID.- El escándalo salió a la
luz pública en noviembre de 2014, pero todavía hoy las empresas que gozaron de trajes fiscales como los que Luxemburgo cosía a medida aún no han dado
explicaciones sobre sus acuerdos secretos con distintos países. Este martes,
representantes de paraísos fiscales como Andorra y Liechtenstein, y de algunas
de las corporaciones más poderosas del mundo -Google, Apple, Ikea y McDonalds-
comparecerán en Bruselas ante la Comisión Especial TAXE 2, que trabaja para
desentrañar y combatir las sofisticadas técnicas de ingeniería fiscal que les
permiten pagar menos impuestos.
“Países como Andorra,
Liechtenstein y Mónaco son elementos indispensables para el fraude fiscal y la
corrupción estructural", critica el eurodiputado.
“A las multinacionales que
comparecen queremos decirles que sabemos lo que están haciendo con sus
estrategias fiscales”, explica a Público Ernest Urtasun, eurodiputado de ICV.
“Como europeos, sentimos vergüenza por que empresas con beneficios
multimillonarios estafen a la hacienda pública”, denuncia.
Durante la mañana de este martes,
Urtasun será el encargado de representar al grupo de Los Verdes en la sesión de
la Comisión Especial sobre Resoluciones Fiscales y otras Medidas de Naturaleza
o Efectos Similares (TAXE2), y por tanto contará con un par de minutos para
formular cada una de sus preguntas a los representantes de tres paraísos
fiscales. “Países como Andorra, Liechtenstein y Mónaco son elementos
indispensables para el fraude fiscal y la corrupción estructural. Sus marcos
legales permiten crear los artefactos fiscales que las grandes fortunas y las
multinacionales utilizan para evitar pagar los impuestos que les corresponden”,
critica.
Fiat y Starbucks "rechazan la invitación”
Durante la sesión de la tarde,
los europarlamentarios del mismo grupo Molly Scott y Philippe Lamberts tomarán
el testigo de Urtasun y Sven Giegold para pedir explicaciones a Google, Apple,
McDonalds e Ikea.
En una nota de prensa remitida
este lunes, Los Verdes criticaban que las corporaciones Fiat y Starbucks, que
también estaban citadas a declarar, “hayan rechazado la invitación”,
“despreciando una vez más los requerimientos del Parlamento Europeo y cubiertos
legalmente por el hecho de que esta comisión especial no sea de investigación”,
tal y como este grupo exigió originariamente.
Scott preguntará al gigante
americano Google por qué únicamente ha pagado 130 millones de libras en
impuestos en Reino Unido durante los últimos 10 años -sólo en Francia desembolsó
1.600 millones de euros en el mismo periodo, a pesar de tener menor actividad,
según Los Verdes-, o por qué la sueca Ikea logró eludir el pago de otros 1.000
millones en impuestos durante los últimos seis años.
"La prioridad para Los
Verdes en este comité es poner el foco sobre las prácticas de elusión fiscal que se han cometido en la UE de forma generalizada en connivencia con los
Estados Miembros y la pasividad de la Comisión", afirma Urtasun, que en
varias ocasiones ha denunciado la inacción del Gobierno en funciones de Mariano
Rajoy en esta materia. "Esto debe de acabar de inmediato, las
instituciones deben de pasar a la acción de manera urgente”, sentencia.