- La inspección de centros sanitarios que debe impedir casos como el de esta cadena recae en las comunidades autónomas
- Las clínicas utilizan publicidad agresiva de ofertas y descuentos para captar clientes al no existir una regulación. "El vacío crea confusión e inseguridad", dicen los colegios profesionales
- La sanidad pública limita la atención en adultos a casos agudos como las infecciones o las extracciones
La débil cobertura pública para la salud dental en
España ha abonado un negocio de bajo coste en el que se compite a base
de ofertar tratamientos cada vez más baratos. La falta de un control más
férreo de la actividad por parte de las administraciones y la rienda
suelta a una publicidad sin cortapisas, según cuentan desde el sector
odontológico, han permitido casos como el de iDental,
cuyos afectados se manifestaban el pasado miércoles frente al
Ministerio de Sanidad. Un patrón que se viene repitiendo ya sea con el
caso de Corporación Dermoestética, el de Funnydent o Vital Dent:
dentistas low cost para captar clientes a riesgo de dejar tirados a los pacientes.
Mientras, las fiscalías de Aragón, Asturias, Andalucía,
Castilla y León o Canarias investigan qué ha pasado con iDental,
extendido por numerosas provincias. "Para empezar, hay que reforzar los
controles de seguridad y control", dice el diputado socialista de
Madrid, José Manuel Freire, que impulsó el Plan de Atención Bucodental
del País Vasco cuando fue consejero de Sanidad en Euskadi. Pero, al
reflexionar sobre el caso iDental, añade inmediatamente "el asunto de la
publicidad. Que aquí fue claramente fraudulenta". La cadena presentaba
sus servicios casi como un opción apoyada con fondos públicos, según han
contado algunos afectados.
Las competencias de control están en los gobiernos
autonómicos. Las inspecciones de centros sanitarios han fallado en los
casos de estas cadenas de clínicas dentales. Porque, además, escándalos
como el de Funnydent o iDental comparten patrones: los clientes empiezan
a tener problemas y se quejan, pero la bola sigue creciendo un tiempo.
Por ejemplo, el Consejo Andaluz de Dentistas ya exigía en octubre de
2017 a iDental que "cumpla con el código ético de la profesión" ante la
avalancha de quejas que estaba llegando a los colegios profesionales de
esa comunidad.
¿Cómo se nutren estas cadenas? Una vez
que la sanidad pública no ha desarrollado un sistema completo para
atender los problemas bucodentales, estas clínicas han aplicado una
estrategia de publicidad agresiva. Los colegios de dentistas han
incidido mucho en que un asunto como la atención a la salud de la boca y
la dentadura no puede regularse como cualquier otra actividad económica
a la hora de anunciarse: mayores ofertas, más descuentos, préstamos
para financiar los tratamientos...
El presidente del
Consejo General de Dentistas, Óscar Castro, entiende que "se debe
instaurar una normativa clara y específica en todo el Estado que regule
adecuadamente este tipo de publicidad para que la información que se
difunda sea rigurosa, veraz, comprensible, basada en la ética y el
conocimiento científico y que no confunda al ciudadano con mensajes
engañosos".
Engaño y confusión inciden especialmente en "aquellos
que tienen más necesidad, es decir, los más pobres", abunda Freire.
"En los países desarrollados, España es de los que más abandonada tiene
la sanidad dental, sobre todo a las rentas más bajas", subraya el
exconsejero regional.
La cartera básica de servicios
de la sanidad pública es muy tenue en cuanto a la atención de los
adultos: se centra sobre todo procesos agudos, es decir, inflamaciones y
extracciones. Para los menores, las comunidades autónomas han ido
incorporando planes desde que lo estrenara el País Vasco. Planes en los
que los fondos públicos cubren la asistencia continuada: Navarra,
Murcia, Extremadura, Madrid, Catalunya, Aragón entre otras, articulan
planes de este estilo.
Burbuja liberal
Pero,
la escasa cobertura pública para adultos deja el campo abierto para la
asistencia privada. Si a eso se le añade una nula regulación
publicitaria, el resultado ha dado, según el Consejo de Dentistas, "una
burbuja" regida por un "modelo de negocio ultraliberal".
En España "no existe una norma que regule específicamente la publicidad
que pueden hacer los dentistas o las clínicas dentales", explica el
Colegio de Odontología y Estomatología de Catalunya. Según este
organismo, "este vacío genera confusión e inseguridad". La cuestión es
que, de esta manera, la única herramienta que se está aplicando son los
códigos deontológicos de los colegios profesionales, pero se topan con
el problema de que solo se aplican "a las personas colegiadas quedando
fuera de su alcance las clínicas dentales entendidas como negocio, que
muchas veces no son propiedad de dentistas", lamenta el COEC.
La regulación no es un campo virgen en Europa. Bélgica, Eslovaquia,
Islandia, Francia, Grecia, Luxemburgo, Malta, Portugal o Rumanía no
permiten publicidad sobre clínicas o prácticas dentales, según la
recopilación del Consejo Europeo de Dentistas. Aunque en casi todos los
estados europeos pueden recurrirse a páginas web de estos negocios.
También existen países cuya regulación limita la publicidad de esta
actividad como en Suecia o Alemania. Mientras, bolsas de personas con
tratamientos a medio hacer o, directamente mal realizados, surgen
recurrentemente. En este último caso de iDental, el Ministerio de
Sanidad ha anunciado este jueves que va a trasladar a la Fiscalía toda
la documentación sobre la cadena.
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